Teruel sigue repleta de artefactos de la Guerra Civil

El ritmo de intervenciones de los equipos especializados no baja. En lo que va de año, ya han desactivado 23.

Artefacto de la Guerra Civil hallado en la provincia de Teruel.
Artefacto de la Guerra Civil hallado en la provincia de Teruel.
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Casi 77 años después del término de la Guerra Civil española, continúan apareciendo restos peligrosos en Teruel. En lo que va de 2016, los equipos especializados de la Guardia Civil ya han atendido una veintena de incidencias en la provincia, teniendo que destruir 23 artefactos. Entre los mismos, figuran 13 proyectiles, ocho granadas de mano, una de mortero y una bomba de aviación.


Material bélico que no fue detonado en su momento y que, con excepciones, sigue conservando su potencial. "Hay que resaltar la extrema peligrosidad de estos artefactos. Si no se les somete a ninguna manipulación permanecen en estado latente, pero si la hay, por leve que sea, el resultado más probable es la explosión", explican fuentes de los TEDAX (técnicos especialistas en desactivación de explosivos), y subrayan la importancia de "permanecer en el lugar del hallazgo y dar aviso".


En ese sentido, añaden que "no hay que fiarse de la aparencia exterior -afectada por la acción del óxido- del artefacto", puesto que "algunos contienen una carga inestable a cualquier movimiento". Es el caso del último que se encontró, el pasado 24 de mayo, en territorio turolense. Los TEDAX de Zaragoza y el EBYL (equipo de búsqueda y localización de explosivos) de la Comandancia de Teruel intervinieron para retirar un proyectil de artillería de 65 milímetros de las proximidades de La Puebla de Valverde.


Solo dos meses antes, estos mismos especialistas habían neutralizado el artefacto más pesado que se ha localizado en la zona en los últimos tiempos: una bomba alemana de aviación incendiaria de 50 kilogramos. Apareció en Monroyo mientras se realizaban extracciones de tierra en las obras de la N-232. Debido a la cantidad de munición que contenía, fue desactivada mediante una explosión de bajo orden.


Afortunadamente, ni en estas dos actuaciones ni en las registradas durante el resto del año hubo que lamentar daños personales. De hecho, para encontrar el último suceso grave asociado a artefactos de la Guerra Civil hay que remontarse a septiembre de 2013. Un hombre de 66 años y hijo de 22 resultaron heridos tras explotarles una granada en el garaje de una vecina, ubicado en la calle Miguel Ibáñez de Teruel capital.


Ese mismo año se atendieron 64 incidencias por notificaciones de explosivos, una cada seis días. Cifra similar a la que se dio en 2014, cuando la Guardia Civil localizó -previo aviso de su propietario, que las escondía en una finca- un arsenal de bombas en Villastar. Según informó por aquel entonces el Instituto Armado, se destruyeron 125 proyectiles con carga, 30 proyectiles sin carga, 32 granadas de mano, 13 granadas de mortero y 20 espoletas de proyectiles. Para acabar con todo fueron necesarias varias explosiones controladas que, por su virulencia, se escucharon a 10 kilómetros de distancia.


Ya en 2015 se registraron 67 incidencias, que sirvieron para desactivar 84 artefactos de la Guerra Civil: 32 proyectiles de diversos calibres, 32 granadas de mortero y 20 granadas de mano de diversas tipologías.


La Batalla de Teruel -conjunto de operaciones militares que, durante la Guerra Civil Española, tuvieron lugar entre el 15 de diciembre de 1937 y el 22 de febrero de 1938 en la ciudad y sus alrededores- y la línea de frente que recorrió la provincia sembraron un sinfín de material que en la actualidad es utilizado como reclamo turístico, pero al mismo tiempo acarrea riesgos.














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