El convento de las Agustinas de Mirambel abre al público

Convento de las Agustinas de Mirambel se abre por primera vez al público

El Convento de las monjas Agustinas de Mirambel (Teruel) ha abierto por primera vez sus puertas desde su fundación hace 452 años, tras se sometido a un proceso de rehabilitación con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), en colaboración con el INAEM y el ayuntamiento del municipio y de la Iglesuela del Cid.


Los consejeros de Presidencia, Vicente Guillén, y Educación, Cultura y Deporte, Mayte Pérez, han inaugurado la rehabilitación de este inmueble, de gran interés patrimonial en Mirambel.


En la planta baja se han ubicado la oficina de turismo y el Centro de Interpretación de Arquitectura del Maestrazgo, hasta ahora localizados en el Ayuntamiento, informan fuentes del Gobierno de Aragón en una nota de prensa.


Además, en la misma altura, las antiguas cocinas se han reconvertido en salas de exposiciones, en cuya planta superior se alojan unas pinturas murales que se han encontrado y que están pendientes de ser restauradas.


Para dinamizar el uso del espacio se va a incluir el Convento en el circuito de exposiciones del Departamento de Educación, Cultura y Deporte a través de la dirección general de Cultura y Patrimonio


La consejera de Cultura ha anunciado asimismo que el departamento ha iniciado gestiones para que la primera sede de la exposición itinerante 'Reconociendo el Patrimonio español en Europa', de la asociación Hispania Nostra -miembro de Europa Nostra-, que este año celebra su 40 °Aniversario, sea Mirambel.


El centro religioso fue fundado por cuatro monjas de la orden de San Agustín, procedentes del convento de Nuestra Señora de la Esperanza (Valencia).


En 1564 tomaron posesión de la ermita de Santa Catalina Mártir, que se convirtió en la casa de la comunidad y, el hospital anejo a la ermita en las dependencias del convento.


Fue un convento muy significativo con capacidad económica, debida a las abundantes vocaciones provenientes de las familias más poderosas de la zona. Además, contribuyó a la fundación de otros conventos de clausura femenina de la orden entre los Siglos XVI a XVIII como Morella, Santa Mónica (Zaragoza), San Mateo o Ulldecona.


En 1980 las monjas abandonaron Mirambel para trasladarse a Benicasim, donde sigue viva la comunidad con el nombre de Convento de Nuestra Señora de Mirambel.