DIRECTOR DEL INSTITUTO DE NANOTECNOLOGÍA

Ricardo Ibarra: "La fuga de cerebros ya es un mito"

¿Los aragoneses tenemos capacidad como sociedad para superar esta situación?


Individualmente es muy difícil, debe ser un esfuerzo de muchos. Y las sociedades más preparadas desde el punto de vista tecnológico y científico serán las primeras en salir adelante. Japón ya lo ha hecho porque en los dos últimos años, cuando peor estaba la cosa, es cuando más ha invertido en investigación y nuevas tecnologías.


¿Y disponemos de ese potencial?


Nunca es suficiente, pero se está haciendo un esfuerzo muy importante de investigación para que Aragón sea una sociedad puntera, basada en el conocimiento y en la tecnología.


Citaba el ejemplo de Japón. ¿Nuestro esfuerzo es equiparable en algo?


Ni mucho menos. Sería muy difícil concebir una inversión similar en Aragón e incluso en Europa porque, sencillamente, no se está preparado. No existe la masa crítica necesaria para abordar esos retos y absorber esas inversiones. Pero no cabe duda de que puede llegar muy lejos si sigue aumentando la inversión.


¿Cuánto tiempo cree que costará remontar la crisis económica?


No sé si alguien lo sabe, pero, desde luego, sí se va a salir con la ilusión que está poniendo todo el mundo. Hay una conciencia clara de que el modelo de desarrollo no se puede perpetuar y que se deben aportar otras cosas, que pasa por el conocimiento.


¿La actual coyuntura política, con PSOE y PAR enfrentados, puede retrasar la solución?


Es la primera noticia que tengo. Si usted lo dice, será así. Espero que en ningún momento cuestiones tan importantes como el impulso a la ciencia y a la tecnología dependan de si dos partidos se llevan mejor o peor. Cada cuatro años hay elecciones, pero la ciencia dura siglos y el avance científico no puede depender de que un partido esté dispuesto a poner más o menos. Son apuestas muy importantes que cuestan mucho dinero a la sociedad y que tienen que dar su rentabilidad. Y la única forma es perdurando en el tiempo.


La crispación no para de crecer. ¿Urge un gran pacto de estado?


Sería el ideal para todos los ciudadanos. No nos gusta que nuestros políticos estén continuamente peleándose. Soy una persona de consenso, prefiero los mínimos bien asentados que los máximos que nunca se alcanzan.


El recorte de Opel acaba con el monocultivo del automóvil y la logística tiene sus limitaciones. ¿En qué sector productivo está el futuro de Aragón?


Los relacionados con la nanotecnología, la biotecnología y la energía, donde se están dando pasos. Los medios que se tienen en Aragón son muy potentes y eso permite resolver problemas en muchos ámbitos.


¿Hay masa crítica para hacerlo realidad?


Se dan circunstancias muy favorables para iniciar esos retos. En Aragón se están haciendo apuestas muy importantes. En la actualidad, tenemos investigadores punteros en el área de la nanotecnología y eso ha estimulado a nuestros políticos a invertir precisamente en eso. A través de la creación de los institutos universitarios se han puesto medios únicos a nivel mundial. Estamos esperando a que se vean reforzados con la llegada de los microscopios más avanzados del mundo, que estarán en octubre.


¿Qué supondrá esta inversión a efectos prácticos?


Por lo pronto va a servir para ponernos a la vanguardia de la investigación científica. El mes que viene aparecerá en la revista Nature Physics un artículo sobre un descubrimiento en materiales superconductores fabricados gracias a la utilización de estos nuevos microscopios. Lo que se está sembrando en investigación, en términos de infraestructuras y personal científico, se va a traducir cada vez más en innovación tecnológica. No existe una ruta clara; quién iba a decir que descubrimientos como la magnetoresistencia gigante iban a estar presentes en las cabezas lectoras de nuestros ordenadores.


¿Esa labor investigadora se traduce ya en productos aragoneses?


Sí. En el ámbito de la nanotecnología, por ejemplo, con la empresa Certest-Biotech: un test de reconocimiento biotecnológico mucho más sensible de antibióticos en la carne para cumplir con la nueva normativa europea, para lo que propusimos utilizar nanopartículas magnéticas. El dispositivo lo estamos desarrollando ahora y estamos cerca de tener un prototipo. Y con otra empresa aragonesa de componentes automovilísticos, A.C.P., trabajamos en sensores magnéticos sin contacto para aplicarlo en cambios de marchas.


La generación mejor formada está buena parte en el paro o es mileurista. ¿Hacia dónde vamos?


No podemos permitirnos ese lujo. Eso implica una orientación hacia estudios que se traduzca en un aprovechamiento social de esos conocimientos. Pero aún hay una demanda en el ámbito científico de absorber en muchas disciplinas ese capital humano.


¿La Universidad genera cerebros que contribuyan a cambiar el modelo económico?


Sí, pero como no tenemos la masa crítica, vamos a hacerlo en determinadas áreas. Las apuestas que se han hecho en la Universidad son bastante acertadas. Se está viendo ya cómo están surgiendo empresas de los laboratorios. Esta semilla necesita un ámbito de cultivo importante. Hay que tener sitios especializados donde estas empresas puedan desarrollarse y garantizar comunicaciones con otras más potentes. Es una maraña que empieza a crecer.


¿Cuántos científicos e investigadores harían falta para ello?


No lo sé exactamente, pero necesitaríamos, al menos, triplicar el número para conseguir un ambiente científico potente y competitivo. Ahora solo somos competitivos en algunos ámbitos porque no podemos abarcar más.


¿Cuánto tiempo necesitaremos?


El perfil de dentro de diez años será muy diferente. Cuando se siembra en investigación siempre salen los resultados.


¿Los investigadores tienen suficiente apoyo para quedarse en Aragón?


Es bueno también exportar ciencia y que venga gente de otros sitios. Yo, por ejemplo, no soy aragonés, pero llevo más años viviendo aquí que en ningún sitio. La ciencia se nutre del intercambio de ideas y personas. Y Aragón tiene capacidad de absorber científicos de primer orden.


¿Es un mito en estos momentos la fuga de cerebros?


Ahora mismo sí, porque si quieren volver lo pueden hacer en muy buenas condiciones. Y hay un programa de captación de investigadores de primera magnitud.


Una de sus líneas de trabajo es la búsqueda de tratamientos eficaces contra el cáncer. ¿Debemos aspirar a contar con un centro médico de referencia nacional?


Sí. Existe un proyecto de montar un centro de investigaciones médicas, pero lo más importante es disponer de un hospital puntero. Se cuenta con oncólogos y científicos en grupos multidisciplinares. Siempre que hablo con políticos y preguntan sobre nuevos proyectos les digo que los parques tecnológicos basados en la nanotecnología y la biotecnología, sin un hospital, no son un proyecto.