MEDIO AMBIENTE

Movilización para pedir que se proteja el paisaje del chopo 'cabecero' en Teruel

Es un ecosistema único en Europa, en riesgo de extinción por las explotaciones mineras y el abandono de la agricultura y la ganadería.Trescientas personas acudieron a Aguilar para ver cómo se hace la poda de los árboles

Chopos cabeceros en Aguilar del Alfambra.
Movilización para pedir que se proteja el paisaje del chopo 'cabecero' en Teruel
antonio garcía

Varios cientos de personas se dieron cita ayer en la localidad turolense de Aguilar del Alfambra -su población no alcanza los 100 habitantes- para reivindicar la protección del paisaje del chopo 'cabecero', único en Europa y ahora en riesgo de desaparición por el progresivo abandono de la agricultura y la ganadería y por la amenaza que constituye para él la apertura de explotaciones mineras en la provincia.

 

El paisaje del chopo 'cabecero' es fruto de la intervención del hombre en la naturaleza, pues surge tras la poda o 'escamonda' periódica -cada doce años- de las ramas del árbol con el fin de que puedan ser aprovechadas como leña, vigas para la construcción y, en el caso de las hojas, como pasto para el ganado. Esta práctica alarga la vida del chopo y le da la forma característica, con un grueso tronco y ramas finas.

 

La Primera Fiesta del Chopo Cabecero, que nace con vocación de continuidad en otras poblaciones de la provincia, reunió en Aguilar del Alfambra -en el altiplano turolense- a miembros de varias asociaciones en defensa de la naturaleza, como la plataforma Aguilar Natural, el Centro de Estudios del Jiloca o 'VoluntaRíos', y ha contado con el apoyo de empresas e instituciones de la zona.

 

Generar actividad

"Es un paisaje peculiar, un patrimonio de los turolenses. Debemos ser conscientes de lo que tenemos y aprovecharlo para generar actividad", explicó Ivo Aragón, portavoz de Aguilar Natural. "Un paisaje así puede ser el futuro de esta y otras localidades y la población tiene que ser la que reivindique su conservación", agregó. Por su parte, el alcalde, Vicente San Francisco, destacó la importancia que el turismo ecológico está adquiriendo en la comarca.

 

Ivo Aragón transmitió la preocupación de la plataforma Aguilar Natural por la afección que pueda tener en el paisaje la apertura en el municipio de una mina de arcilla por parte de la multinacional WBB. La empresa, que ya trabaja en la vecina localidad de Galve, proyecta extraer la tierra en un área de entre 20 y 40 hectáreas dentro de una concesión minera cuya superficie se eleva a 5.000 hectáreas. "La explotación pone en peligro varios ejemplares de chopo 'cabecero' que hay en los barrancos y se queda a las puertas de la chopera en la que hoy celebramos la fiesta", aclaró Aragón.

 

Para Chavier de Jaime, miembro del Centro de Estudios del Jiloca, el paisaje del chopo 'cabecero' "encierra valores de biodiversidad, puesto que muchos organismos se alimentan y crecen en él. Por ello, es un auténtico oasis lineal". El investigador cifró en unos 100.000 los ejemplares que quedan en la provincia, 23.000 de ellos en la cuenca del río Pancrudo y otros repartidos por las riberas del Alfambra y el Aguasvivas. De Jaime alertó de que "o se toman medidas para su protección, o en 20 ó 30 años habrá desaparecido".

 

También en extinción está el oficio de podador de árboles de los ríos. Uno de los pocos que quedan en la provincia de Teruel, Herminio Santafé, vecino de Gúdar, fue el encargado de mostrar ayer a todos los asistentes cómo se realiza la 'escamonda' de un chopo 'cabecero'.

 

Entre aplausos, que se producían cada vez que caía alguna de las ramas más largas, Santafé podó un gran chopo. "El corte debe ser inclinado, para que no le entre el agua, y debe hacerse todo con mucho cuidado, pues hay un gran riesgo de caerse", explicó.