AGUA

Los regantes del Jalón plantean que Lechago se llene por gravedad y no por bombeo

La Junta Central asume que tendrá que pagar la mayor parte del embalse y busca cómo hacerlo viable. También estudia crear una central a pie de presa para turbinar los caudales.

La presa de Lechago está prácticamente terminada y ya almacena una pequeña cantidad de agua.
Los regantes del Jalón plantean que Lechago se llene por gravedad y no por bombeo
A. GARCíA

Los regantes del Jalón ya han asumido que, aunque Lechago es un embalse que solo les beneficia indirectamente, van a tener que hacerse cargo de la mayor parte del pago de esta obra hidráulica. La presa, que ha supuesto un desembolso total de más de 60 millones de euros y está casi acabada, no tiene demanda entre los agricultores del Jiloca a pesar de que fue una de sus demandas históricas. Por eso la Junta Central de Usuarios del Jalón está estudiando cómo hacer viables los costes energéticos y de amortización del nuevo pantano construido en la provincia de Teruel.


Una de las alternativas que se están analizando pasaría por tender una tubería que permita llenar Lechago por gravedad y no por bombeo. Esta solución tendría la gran ventaja de ahorrar los costes energéticos necesarios para elevar el agua, y ya se barajó antes de la construcción del embalse con una conducción que partía desde el término municipal de Fuentes Claras.


«Finalmente, se descartó porque era más cara que la elegida finalmente, pero entonces no se tuvo en cuenta que, a la larga, el gasto en luz será mucho más gravoso que la amortización de las obras -explican fuentes de la Junta Central del Jalón-. Los pantanos se pagan en 40 años, pero los costes energéticos son gasto corriente que debe abonarse íntegramente cada año».


En el caso de Lechago, los regantes calculan que llenar la presa situada en el cauce del río Pancrudo con caudales bombeados desde el Jiloca tendría un coste de más de 700.000 euros anuales, cifra que los usuarios del Jalón consideran «inasumible». Por eso están sondeando la posibilidad llevar el agua por gravedad aun a sabiendas de que esto obligaría a hacer una nueva inversión que incrementaría aún más el coste total del embalse. «Aunque tengamos que amortizar 10 millones más por la tubería, siempre será más viable que pagar los bombeos», insisten.


Otra alternativa en la que trabaja la Junta Central del Jalón es la turbinación de los caudales almacenados el pantano de Lechago. Para ello sería necesario instalar una central hidroeléctrica cuya explotación, directa o indirecta, permitiría reducir los costes energéticos del llenado.


La posibilidad de turbinar las reservas de Lechago forma parte de un proyecto más amplio que también incluiría la creación de saltos hidroeléctricos en los otros embalses del Jalón: La Tranquera y Maidevera. Todos ellos se explotarían de forma conjunta beneficiando a todos los usuarios.


Recelos en el Jiloca

Actualmente, las comunidades de base del Jiloca no forman parte de la Junta Central del Jalón. No obstante, la Confederación pretende, en cumplimiento de lo que establece la Directiva Marco del Agua, que todos los regantes de esa junta de explotación se integren en un único sistema.


Esa incorporación permitiría que todos los regadíos del Jalón y de sus afluentes hicieran frente de forma conjunta a los gastos que generen los embalses del sistema. No obstante, para conseguirla la CHÉ tendrá que hacer frente a las reticencias de los agricultores del Jiloca, que son reacios a entrar en la Junta Central y, sobre todo, a pagar por usar la presa de Lechago.


Además, aunque la mayoría de los regantes del Jiloca se adhiera al Jalón, el sistema considera que no podrá hacer frente al pago del nuevo embalse construido en Teruel si no se reducen sus costes -sobre todo, los energéticos-. «Vamos a ayudar a la CHE en todo lo que necesite, pero las administraciones, incluido el Gobierno de Aragón, también tienen que poner de su parte», reclaman desde la Junta Central.


Transporte por tubería

Una tercera solución en la que se está trabajando para hacer viable la explotación de Lechago es la optimización del recurso aguas abajo de Daroca, proyecto que consistiría en que a partir de ese municipio zaragozano los caudales de riego ya no circularían por el cauce del Jiloca, sino que se transportarían mediante una tubería a presión. Esta medida también requeriría un coste extra, pero a cambio minimizaría las pérdidas de agua y además permitiría aplicar técnicas de riego mucho más eficientes.


El nuevo embalse está prácticamente terminado, pero hay que desviar una línea eléctrica, implantar el plan de emergencia y completar el programa de llenado, lo que costará como mínimo dos años. Mientras, los regantes y la CHE deben buscar una fórmula que evite que Lechago sea un despropósito hidráulico.