CRISIS ECONÓMICA

Los principales ayuntamientos ahorran ya en luz y teléfono para llegar a fin de mes

La precaria economía de las arcas municipales obliga a aplicar medidas de ahorro como apagar farolas, reducir el número de móviles, fotocopiar a doble cara o rebajar los gastos de kilometraje. Una veintena de municipios han puesto en marcha estos recortes.

La torre de San Martín, en Teruel, con los focos apagados.
Los principales ayuntamientos ahorran ya en luz y teléfono para llegar a fin de mes
JORGE ESCUDERO

«El problema es que no llegamos a final de mes». «El Ayuntamiento es la casa de todos, pero hay que actuar como si fuera la de uno mismo». Estas frases han sido pronunciadas por un alcalde, el de Villafranca de Ebro, Roberto González, y una concejal de Economía y Hacienda, la de Ejea, Teresa Ladrero. Sus afirmaciones son la síntesis de lo que ocurre en la mayor parte de los ayuntamientos aragoneses. La complicada situación de las arcas municipales ha obligado a ahorrar hasta en lo más básico. Desde el apagado de farolas a la reducción del número de teléfonos móviles, las copias a doble cara o la eliminación de fuentes de agua mineral en dependencias públicas.

Medidas de ahorro en Caspe, Ejea o Tarazona

Las medidas de ahorro ya han entrado en vigor en municipios como Caspe, Ejea o Tarazona. En la localidad caspolina, se ha reducido el alumbrado público de madrugada, se ha revisado el gasto telefónico y potenciado al máximo el soporte informático como sustituto del papel. Aunque no siempre es fácil cuantificar el ahorro de algunas de estas iniciativas, en la cabecera de las Cinco Villas han calculado comparando las liquidaciones de 2007 y de 2010 que el gasto corriente se ha reducido en un 2,63%. «Se han eliminado todos los gastos que son superfluos -apunta la teniente de alcalde ejeana-. Es nuestra obligación apretarnos el cinturón». Según concretan, solo en las tarifas de telefonía móvil se han conseguido reducciones de hasta el 40%.

«La situación de pérdida de ingresos, tanto propios como los provenientes por la participación de los tributos del Estado y del fondo incondicional de la Comunidad, nos lleva a tener que adoptar medidas de ajuste», explica el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte. Para el también presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, «la pérdida de ingresos puede poner en riesgo la calidad de algunos servicios o la prestación de los mismos».

En Villanueva de Gállego, se han dado de baja algunos móviles utilizados por los concejales del anterior equipo de gobierno y se han eliminado las fuentes de agua mineral de todos los edificios públicos, salvo la escuela infantil. «En la situación económica actual, no se puede despilfarrar. Hay que racionalizar y tener un presupuesto equilibrado que debe cumplirse a rajatabla», dice Jesús Gayán, alcalde de Villanueva. El regidor de La Almunia, Victoriano Herráiz, asegura que todas las medidas para racionalizar el gasto son interesantes, pero «siempre que vayan acompañadas de un conjunto de medidas para generar empleo».

El caso de Zaragoza es especial. El Ayuntamiento que dirige Juan Alberto Belloch ha presentado dos planes de ajuste, el último el pasado verano, aunque las medidas previstas se han puesto en marcha con cuentagotas. El paquete de recortes incluía la reducción de recorridos de autobús urbano, la retirada de ayudas a eventos o la reducción del parque móvil en más de un 50% (solo esto supone un ahorro de 200.000 euros). Desde la oposición critican que, pese al anuncio del equipo de gobierno, la mayoría de estas medidas aún no han llegado o lo han hecho de forma parcial.

Austeridad en Jaca

En Jaca tienen claro que hay que hacer «de la austeridad en el gasto el criterio prioritario en las acciones locales». Por eso, entre otras medidas, han recortado eliminando un puesto de libre designación y disminuyendo el uso de coches oficiales. Además, también se han apagado luminarias, eliminado conexiones de ADSL consideradas innecesarias, reducción en los gastos de protocolo, en dietas y kilometraje o la reutilización de papel y la impresión en blanco y negro en lugar de color. Y no es la única localidad oscense que ha puesto en marcha estas medidas.

El Ayuntamiento de Alcañiz prevé ahorrarse 122.700 euros al año en la factura eléctrica con un plan que pasa por apagar las farolas de forma alterna, quitar luces de monumentos y parques y hacer pagar a las asociaciones los gastos de los edificios donde hacen sus actividades. El plan se aprobó en agosto y aún no se ha puesto en marcha.