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Las obras del recrecimiento de Yesa logran al fin el visto bueno de Medio Ambiente

Con casi un año de retraso, el Ministerio ha resuelto favorablemente la declaración de impacto ambiental del proyecto, que aún debe superar varios trámites administrativos.

El embalse de Yesa, el pasado mes de marzo.
Las obras del recrecimiento de Yesa logran al fin el visto bueno de Medio Ambiente
RAFAEL GOBANTES

El recrecimiento del embalse de Yesa ha superado un nuevo escollo, aunque no el definitivo. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la declaración de impacto ambiental favorable de este proyecto, que acumula más de cinco años de retraso sobre las previsiones iniciales. Este trámite debía haberse producido hace casi un año. No obstante, la tercera modificación de este embalse aún deberá superar tres pasos más: la aprobación por parte del Consejo de Obras Públicas, el visto bueno del Consejo de Estado y la autorización definitiva del Consejo de Ministros. Y tendrá que tratar de salvarse además de los severos recortes del Gobierno central en las principales inversiones del país.

A todos estos trámites administrativos, hay que sumarles cuatro años más de obras que empezarán a contar cuando la ampliación de Yesa acordada en la Comisión del Agua de Aragón tenga por fin proyecto -el que había tuvo que ser modificado para adaptarlo a las necesidades de la nueva cota-. Una vez terminadas las obras, el recrecimiento (el nuevo diseño lleva en tramitación cinco años) tendrá que someterse a un programa de puesta en carga que condicionará su explotación durante bastante tiempo.

Condicionantes

Según consta en la resolución de la Secretaría de Estado de Cambio Climático, la construcción del embalse deberá cumplir una serie de condicionantes, entre ellos los fijados en la declaración de impacto ambiental del proyecto de 1999 y compatibles con esta tercera modificación que fija una nueva cota de 511 (1.079 hectómetros cúbicos frente a los 1.470 iniciales). También tendrá que llevarse a cabo un seguimiento especializado -durante la fase de explotación- sobre "la eficacia de las escalas de peces propuestas en los diques de los embalses de cola" y determinar posibles mejoras.

Asimismo, se estudiará la viabilidad de implantar un vivero forestal en el entorno y se tendrán que utilizar materiales forestales de la zona para la restauración de hábitats y revegetación de los espacios afectados.

La resolución también hace referencia al programa de vigilancia ambiental propuesto y que velará por que se ejecuten y cumplan las medidas preventivas y correctoras planteadas así como soluciones a posibles impactos imprevistos. Estas tienen que ver con la calidad de las aguas, la geología y los suelos, los espacios protegidos, la flora y la fauna y el patrimonio cultural de la zona durante las obras y tras ellas. Incluye, entre otras, un plan de seguimiento de la calidad de aguas y de posibles deslizamientos, la necesidad de acometer labores de localización e identificación de especies de flora protegida y de supervisión de las tareas de traslado en caso de afección, la restauración de la vegetación y la vigilancia específica de las especies de fauna. Respecto al patrimonio cultural, se establece un seguimiento arqueológico, etnográfico y paleontológico y la necesidad de coordinar las actuaciones entre los Departamentos de Cultura de Navarra y Aragón.

Durante las obras, se deberá evitar la formación de polvo y la afección a la vegetación, que los movimientos de tierra y de maquinaria se desarrollen fuera de los espacios estrictamente acotados para ellos, que se contaminen las aguas, etc.

Las modificaciones necesarias para adaptar el proyecto inicial a las necesidades de la cota media, la aplicación de técnicas punteras y la actualización de precios han incrementado el presupuesto de construcción del recrecimiento de Yesa en 97,7 millones de euros: de los 124 millones previstos inicialmente se ha pasado a 222. No obstante, hay que tener en cuenta que 25 de esos millones se destinarán a dos actuaciones que no estaban previstas en el proyecto original: la construcción de un dique de protección y de un embalse de cola en el entorno del casco urbano de Sigüés.

Pese a la ralentización de los trámites, las obras no están paradas. La Confederación Hidrográfica del Ebro sigue invirtiendo en Yesa un millón de euros mensuales, lo que ha permitido ejecutar cerca de 100 millones.

Esta declaración de impacto ambiental logra 'desatascar' algo un proyecto del que no había avances desde el primer trimestre de 2009, cuando el nuevo modificado salió a información pública. No obstante, aún queda mucho camino por completar y de momento, el horizonte para que el recrecimiento sea una realidad se alarga ya, como mínimo, hasta 2016.