Los controles de seguridad y las inspecciones de trabajo en el campo aragonés ya han comenzado. Para esta campaña, que apenas acaba de arrancar en la zona de Caspe y está a punto de hacerlo en comarcas como la de Valdejalón, se ha intensificado la vigilancia con el objetivo de evitar los problemas de convivencia que pueden derivar de la falta de contratos de trabajo y, en consecuencia, la ausencia de alojamientos.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón informaron ayer de que los controles han comenzado y se han incrementado respecto a campañas anteriores. Como ya adelantó el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, Juan José Rubio, durante la presentación de la campaña de Caspe a mediados de abril, se expulsará a los extranjeros en situación irregular, es decir a aquellos que no tengan papeles. Sin embargo, quiso aclarar que esto no significa que vaya a expulsarse a aquellos que estando legales no tengan contrato laboral. De este caso se encargaría la inspección de trabajo sancionando a los empresarios agrícolas.

Aumenta el número de controles

El número de controles ha aumentado, aunque fuentes de la Delegación del Gobierno aseguran que no se puede concretar el número de agentes destinados a estas inspecciones, ya que no se dedican exclusivamente a estas tareas. Además, tampoco concretaron las zonas dónde se están llevando a cabo para no interferir en las labores de los agentes.

Ya en el año 2009 las inspecciones de trabajo se incrementaron en torno a un 25%. La crisis ha obligado a aumentar las actuaciones para detectar situaciones de economía irregular y prestar especial atención a los casos de contrataciones sin dar de alta en la Seguridad Social o a aquellos que están cobrando alguna prestación por desempleo.

Este año, además, también se ha puesto en marcha un plan para luchar contra la delincuencia en el medio rural. Aunque la mayoría de las veces se trata de pequeños hurtos, estos crean gran alarma social. Para ello, la Guardia Civil reordenará la labor de los 2.000 agentes destinados a la seguridad ciudadana en la comunidad, que contarán también con el apoyo de los destinados a tráfico, las unidades de reserva adscritas a Aragón y los grupos rurales de seguridad (GRS).

14.000 temporeros

Los sindicatos esperan que este año se empleen unos 14.000 temporeros en la campaña. La llegada de numerosos inmigrantes en busca de un trabajo a zonas agrícolas como Valdejalón o Campo de Cariñena ha ocasionado ya los primeros problemas de infraviviendas. Por eso, alcaldes y sindicatos aseguran que es imprescindible informar de que no se necesita más mano de obra para evitar que lleguen más temporeros.

«Lo más importante es advertir a la gente de que no hay trabajo para que no vengan», apuntó el presidente de la comarca de Campo de Cariñena, Lucio Cucalón. De hecho, aseguró que gracias a los sindicatos se han colocado mesas informativas en estaciones de autobús para avisar.

Solo en Alfamén, el alcalde, Francisco Pérez, asegura que hay unos 700 inmigrantes entre los que están empadronados y los que no lo están. En las últimas semanas han llegado al menos medio centenar de senegaleses y ghaneses que han ocupado casetas agrícolas y viejos corrales, en la mayoría de las casos, sin puerta ni tejado.

En Épila también se ha notado un incremento de la población flotante de cara a la campaña y, según apuntó el alcalde, Martín Llanas, un centenar de rumanos se habrían instalado ya en viviendas de alquiler. En algunos casos, estos inmuebles se convierten en auténticos pisos patera donde se hacinan numerosas personas. En Calatorao, Ricla o La Almunia, la presencia en las calles de numerosos inmigrantes en busca de trabajo también se ha hecho visible en las últimas semanas.

El plan que cada año pone en marcha Servicios Sociales no arrancará hasta principios de junio. Entonces, entrarán en funcionamiento las duchas comunitarias, la lavandería o los vales de comida.