EDUCACIÓN

La Universidad hará ajustes de energía y seguridad para ahorrar medio millón al año

Los centros tendrán un sistema de acceso mediante tarjeta y el número de vigilantes se reducirá. Se monitorizará la calefacción y se instalarán lámparas de bajo consumo.

El edificio de los institutos de investigación ya tiene el sistema de acceso con tarjeta.
La Universidad hará ajustes de energía y seguridad para ahorrar medio millón al año
JOSé MIGUEL MARCO

La Universidad de Zaragoza vuelve a hacer otro agujero en su cinturón. El restrictivo presupuesto por la falta de inversión pública ha obligado al Rectorado a implantar nuevas medidas de ajuste energético y a modernizar el sistema de seguridad de los campus para ahorrar hasta medio millón de euros al año.

Uno de los principales cambios afectará a la calefacción que estará monitorizada a través de una red interna de la Universidad y que permitirá programar y regular la intensidad según la temperatura del día. "Esto ayudará -además de reducir el gasto- a mejorar el confort de trabajadores y alumnos", explica el adjunto al rector para Infraestructuras, Joaquín Royo.

Se sustituirán también las luminarias del campus de San Francisco para que a determinadas horas baje la luz y se cambiarán las viejas lámparas de las salas de estudio por unas de bajo consumo. "Solo con las de la sala de la Facultad de Medicina, por ejemplo, se pueden ahorrar 6.000 euros al año", comenta Royo. En total, estas acciones restarán entre 150.000 y 200.000 euros al año al capítulo de gastos de la institución académica aragonesa.

A estos habrá que sumar de 250.000 a 300.000 que se ahorrarán con un nuevo sistema de seguridad inteligente. En lugar de contratar a un vigilante para cada centro universitario, se reducirá la cifra a dos por campus. A cambio, en las facultades y en el resto de instalaciones universitarias se instalará un acceso a través de tarjeta electrónica.

De momento, la medida se está probando en el Centro Politécnico Superior (CPS) y funciona en los institutos de investigación (también en el campus Río Ebro). En los próximos meses se extenderá al resto de las instalaciones.

Facilitar los accesos

En las entradas de los centros y en las salas interiores (despachos, aulas para seminarios, laboratorios...) se colocarán unos lectores por los que habrá que pasar la tarjeta identificativa y que registrarán quién entra y a qué hora lo hace. En una primera fase, se entregarán tarjetas a los profesores, investigadores y becarios. "Será muy útil en el CPS, las facultades de Ciencias y Medicina, donde haya laboratorios", asevera el adjunto al rector para Infraestructuras. "Hay ensayos, sobre todo los bio y los químicos en los que cada tres horas hay que hacer alguna operación y es importante facilitar los accesos a los investigadores", añade.

Para más adelante, se prevé que cuenten con tarjetas identificativas también los estudiantes. Con ellas podrán entrar, por ejemplo, en salas de estudio o en aulas que se destinen al trabajo en grupo (metodología que potencia la adaptación al plan Bolonia). Además, el sistema de seguridad se implantará en colegios mayores. El de Teruel, de nueva construcción, lo incorporará el próximo curso cuando abra sus puertas. "Estamos haciendo un esfuerzo por ahorrar y racionalizar el gasto. Con esto habrá un control y una gestión más ágil", apunta el adjunto al rector para Infraestructuras.

El adjunto al rector añade que se va a trabajar también con el consumo de agua y, en la línea de apostar por un campus sostenible, se continuará potenciando el uso de la bicicleta. Se están haciendo aparcamientos cerrados en el campus Río Ebro para evitar robos. A estos se accederá con una tarjeta.