HERENCIA DE LA EXPO

La reforma de la Torre del Agua consistirá en añadir una planta-mirador

La propuesta inicial de construir plantas interiores y ganar más altura se ha desechadoLa CAI condiciona las obras, valoradas en dos millones, a la participación de la Expo.

La reforma de la Torre del Agua consistirá en añadir una planta-mirador
La reforma de la Torre del Agua consistirá en añadir una planta-mirador
JOSé MIGUEL MARCO

Una reforma de mínimos para evitar que la factura se dispare. Esta es la propuesta que barajan la CAI y la sociedad pública Zaragoza Expo Empresarial para convertir la Torre del Agua en un museo dedicado a la ciencia, que también pretende abrirse al público a lo largo de 2012. Los planes pasan por añadir una planta-mirador de 5,60 metros, descartando la idea inicial de ganar una mayor altura y de construir plantas interiores aprovechando los forjados existentes, y ganar una mayor altura.


La entidad financiera condiciona la intervención a la participación de la sociedad de la Expo, ahora en manos de la DGA, al entender que es un arrendatario y la propiedad del edificio debe asumir al menos una parte del coste. Según las primeras estimaciones, el presupuesto de la obra rondará los dos millones de euros.


La entidad financiera confía en cumplir los plazos, aunque aún no ha encargado el proyecto al arquitecto que ideó el edificio, Enrique de Teresa. No obstante, dispone de un anteproyecto para la musealización del esqueleto de acero y cristal de la Torre del Agua. Para ello, ha contado con el asesoramiento de miembros de la Universidad de Zaragoza y de otras instituciones. También ha visitado otros espacios dedicados a la ciencia para ver cómo funcionan, ya que la entidad aclaró este verano que la oferta se centrará en la "divulgación científica, no tanto como un museo, sino como un espacio relacionado con la ciencia y la investigación".


La intervención arquitectónica se centrará en la parte superior del edificio, que ahora estará coronado por una planta técnica y otra que se dedicó a una cafetería, el Nube-bar. La celosía de su estructura envolvente impide ofrecer un espacio libre para disfrutar de vistas inigualables de la ciudad, por lo que la pretensión es construir otra planta para poder crear un gran mirador acristalado y disponer de un área de restauración en condiciones.


Para ganar espacio, se baraja demoler la parte final de las rampas peatonales. Así se lograría ampliar el forjado de la planta técnica, con lo que se podrían acondicionar una cocina y aseos, además de ampliar la superficie del área de restauración existente en el piso superior.


La intervención también requeriría ampliar el núcleo de comunicaciones hasta la planta-mirador, alargando las escaleras y los ascensores.


Desde el exterior, la imagen será muy similar a la actual, dado que esa planta añadida supondría únicamente añadir dos anillos acristalados, superando en total los 80 metros de altura. La estructura del edificio, que se sustenta en dos grandes pilares de hormigón, admitía la construcción de hasta tres plantas más.


Su superficie expositiva es mucho menor que la del Pabellón Puente, en torno a los 2.100 metros cuadrados, pero se compensa con creces gracias al gigantesco vacío interior y a los 2,5 kilómetros de pasarela que permitirán todo tipo de intervenciones.


La Torre del Agua sumaba una superficie expositiva de 2.100 metros cuadrados, repartida en tres plantas. Además, cuenta con el gigantesco vacío interior, que se presta como escenario para todo tipo de intervenciones.