850.000 euros de alquiler por un almacén de libros olvidados

El Gobierno de Aragón ha gastado más de 850.000 euros en pagar el alquiler de la nave donde desde hace 19 años almacena cerca de 400.000 publicaciones costeadas con dinero de los contribuyentes. El almacén fue arrendado en 1992 durante el mandato de Emilio Eiroa (coalición PAR-PP) mediante un contrato firmado por el entonces consejero de Economía, Santiago Lanzuela. Desde entonces, acumula ejemplares editados por los siguientes ejecutivos autonómicos. En las estanterías se guardan en total 2.760 títulos distintos entre los que hay textos fechados hace una década, trípticos de congresos, o publicaciones conmemorativas de 2005.

Este depósito está ubicado en el polígono Argualas de Zaragoza y su alquiler supone a las arcas públicas un desembolso anual de 45.000 euros (3.750 euros mensuales). A esto hay que sumar lo que se gasta en editar estos materiales cada año. Solo con la suma acumulada durante las casi dos décadas de contrato de arrendamiento podrían haberse creado, por ejemplo, tres escuelas rurales como la que se estrenó este año en la localidad oscense de Ontiñena (ha costado unos 300.000 euros), o haber invertido en la ampliación de dos campos de fútbol como el previsto en el municipio zaragozano de San Mateo de Gállego, entre otros proyectos.

El Gobierno de Luisa Fernanda Rudi se ha propuesto reducir este gasto y dar salida a los cerca de 400.000 ejemplares que acumulan polvo en las abarrotadas estanterías de la nave. Los principales destinatarios serán los colegios de la Comunidad. El Departamento de Educación enviará una circular a todos los centros con un catálogo de los títulos y una invitación para que pidan aquellos que quieran para sus bibliotecas. «A raíz de conocerse públicamente la existencia de esa nave, hemos recibido numerosas llamadas de colegios interesados en saber si podíamos darles algunos ejemplares. Se ha decidido ofertarlos a todos los interesados», explican desde la Consejería de Educación.

Peticiones

Las peticiones se atenderán por orden de llegada y, en principio, serán los solicitantes los que tengan que hacerse cargo del transporte del material. «Todavía no se ha decidido la manera en la que se hará el reparto, pero no podemos asumir la distribución de todos los materiales porque supondría un coste añadido», señalan fuentes del Gobierno de Aragón.

Otra parte de los libros almacenados se donará a algunas instituciones o colectivos sociales que se han interesado por ellos. Al igual que ocurrirá en el caso de los colegios, se negociará con las entidades la forma de reparto. Además, los materiales que se encuentren en mejor estado se llevarán a los distintos departamentos del Ejecutivo para que puedan ser utilizados como obsequios institucionales.

Con estas medidas se espera desalojar poco a poco la nave del polígono del barrio de Casablanca, ya que «es imposible vaciarla de forma inmediata», aclaran en la DGA.