INVESTIGACIÓN

Avance científico de dos aragoneses para tratar la leucemia crónica

El estudio identifica la secuencia entera y sus mutaciones. Analizará 500 casos y permitirá avanzar en el diagnóstico y en nuevos fármacos.

El bioquímico Carlos López Otín, de Sabiñánigo, y el patólogo Elías Campo, de Boltaña, lideran el proyecto de investigación.
Avance científico de dos aragoneses para tratar la leucemia crónica
EFE/A. MORANTE

Un patólogo y un bioquímico aragoneses -Elías Campo y Carlos López Otín- capitanean un equipo con veinte investigadores, entre el Hospital Clinic de Barcelona y el Instituto Oncológico del Principado de Asturias, cuyo proyecto sobre el genoma de la leucemia va a dar la vuelta al mundo.


El estudio integrado en el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer (ICGC, en las siglas en inglés) ya ha caracterizado los primeros genomas y las mutaciones genéticas en las células tumorales de cinco pacientes que sufren leucemia linfática crónica. El objetivo es conocer al gen mutado por dentro para así poder combatir este tipo de cáncer muy extendido con nuevas estrategias y fármacos. Incluso se podrá poner a disposición de los especialistas cuáles son las alteraciones moleculares causantes de la enfermedad en un paciente concreto.

La investigación nació a finales de 2008 y la primera secuenciación se realizó entre un laboratorio de Cambrigde y otro en Barcelona, que hoy se ocupa de toda la carga de trabajo. Además de los cinco enfermos analizados, está bastante avanzada la investigación del genoma de veinte pacientes. El estudio dirigido por los dos científicos, procedentes de Boltaña y Sabiñánigo, está previsto que se amplíe hasta 500 enfermos.

«El ritmo de trabajo ha avanzado mucho porque es posible que entre marzo y diciembre pueden estar secuenciados los genomas de casi cien pacientes. Acabo de recibir un mensaje del centro de secuenciación y se duplica su efectividad», avanza el patólogo Elías Campo. El patólogo se muestra sorprendido por el volumen, rentabilidad y velocidad que está alcanzando el proyecto que también gestiona. «Me dicen que me sale la raíz altoaragonesa por cierta vena rácana, pero no hay que derrochar el dinero público (diez millones de euros durante cinco años)».

Inversión del Gobierno

El Gobierno español quiso recuperar el tiempo perdido después de no haber participado en el proyecto del genoma humano de la década de los años 90, cuyo primer borrador se publicó en 2001. Convocó un concurso al que se presentaron catorce proyectos y ganaron los equipos dirigidos por los dos aragoneses. Participan el Hospital Clinic de Barcelona, la Universidad de Oviedo y la unidad del cáncer de Salamanca, además del Centro Nacional de Investigación Oncológico, la Universidad de Santiago, el Instituto Oncológico de Barcelona, el Centro de Regulación Genómica, el Instituto de Bioética de la Universidad de Deusto y el Centro Nacional de Análisis Genómico de Barcelona, que se encarga de la secuenciación del genoma.

«Un día me propuso Carlos si podíamos colaborar en este proyecto. Yo le dije que no dominaba el ADN o el genoma y él me contestó que nosotros teníamos los pacientes de leucemia. Y ganamos. Este año, varios investigadores casi no han cogido vacaciones por el interés del trabajo. Es una fusión de dos fuerzas», explica Elías Campo, jefe de los laboratorios del Hospital Clinic.

En el ICGC participan una docena de países para secuenciar 25.000 genomas de los 50 tipos de cáncer más frecuentes, como los de mama, hígado, pulmones, colon, ovario, cerebrales y pediátricos. El Ministerio de Ciencia y Tecnología destinó quince millones a este proyecto biomédico contra el cáncer para entrar en la primera línea mundial de la investigación genómica. De confirmarse todos los extremos de este ambicioso progreso en la investigación del cáncer, dos aragoneses pueden colocar a España en primera línea de la lucha mundial contra el cáncer. Si el año pasado se publicaron los avances del trabajo en la revista 'Nature', este año han progresado más rápido de lo previsto y la comunidad científica está ávida de las conclusiones finales obtenidas.

«Primero debe conocerlo la comunidad científica y luego los ciudadanos, aunque todo llegará dentro de unos dos meses como mínimo», apuntó el bioquímico Carlos López Otín, premio nacional de investigación Santiago Ramón y Cajal en 2009 y premio valores humanos de HERALDO en 2008.

España participa en el ICGC en el proyecto de leucemia linfática crónica por la experiencia que atesora y por las infraestructuras para afrontar esta investigación. «Estudiamos todas las causas genéticas de la leucemia linfótica crónica y los motivos de la enfermedad. Después entramos en las mutaciones en otras enfermedades», detalla Campo. «Al final llegan los medicamentos para atacar el tumor, que pueden haberse utilizado antes y los métodos diagnósticos para el tratamiento clínico de los enfermos», concluye.