Huesca viaja al pasado a través de los 33 puestos de su Feria de Antigüedades

Puede visitarse durante todo el día de hoy en el Palacio de Congresos.

El precio de la entrada es de 3 euros y permite además participar en el sorteo de gramófono.
El precio de la entrada es de 3 euros y permite además participar en el sorteo de gramófono.
Javier Sánchez

Piezas históricas, ropa ‘vintage’, juguetes, objetos de coleccionismo, curiosidades y más de un tesoro por descubrir… La Feria de Antigüedades de Huesca llega por segundo año consecutivo a la sala polivalente del Palacio de Congresos con el objetivo de lograr el mismo éxito que en la pasada edición, en la que fue visitada, según los organizadores –la empresa catalana Nou Group Firal– por más de 3.000 personas.


En total, se trata de 33 expositores, procedentes de comunidades como Navarra, Cataluña, Andalucía, la Comunidad Valenciana y Aragón. También han sido varios los comerciantes venidos desde Francia. La muestra, que abría ayer sábado sus puertas, podrá verse durante todo el día de hoy desde las 11.00 y hasta las 21.00. El precio de la entrada es de 3 euros y permite además participar en el sorteo de gramófono.


“Hemos traído un poco de todo”, explica, desde su puesto, Martina Lumbrera, quien ha viajado desde Igualada, en Lérida. En su ‘stand’ pueden verse desde joyas antiguas, hasta muñecas, maquinillas de afeitar con sus hojas de recambio o artículos de escritorio. “A los visitantes, en general, les gusta recordar su infancia. Muchos encuentran aquí objetos que han visto utilizar a sus abuelos”, comenta. Comprar todavía cuesta un poco. “Ahora todo es más justo, se pregunta más, se piensan más las cosas”, añade la vendedora.


Es una opinión que también comparte Salvador, de la empresa de la empresa de anticuarios del mismo nombre de Benicassim (Castellón). “La crisis todavía se nota, no es una fantasía”, afirma. Durante la primera mañana en la feria vendió “cinco artículos, pero recibí diez ofertas de compra”. Se muestra expectante, ya que la mayoría del público suele concentrarse desde la tarde del sábado y durante toda la jornada de hoy domingo.


Han acudido gracias a la insistencia de unos conocidos, que les aseguraron que el de Huesca era un buen mercado y asegura que le gusta “el carácter que están mostrando los visitantes”. Vende, entre otros artículos, muebles y también gramófonos, “cuyo sonido resulta muy cálido”. Le ha llamado además la atención “el interés de los jóvenes por las monedas y billetes de la Segunda República”.


De Cataluña viene Josep Pujol, después de los buenos resultados obtenidos en la edición anterior. Sobre las mesas que ha instalado se puede encontrar desde pequeños juguetes a interruptores antiguos o chapas de cava, que hacen las delicias de muchos coleccionistas y se pueden adquirir a un módico precio. También tiene curiosidades, como un viejo casco de bombero o una máquina para realizar masajes con rayos ultravioleta de los años 40, “que viene con su manual completo”. Su precio, 85 euros.La historia de la fotografía, en un solo puesto

El puesto de Nazar Dudyk y su compañero, procedentes de Barcelona, está especializado, por otra parte, en fotografía. Muestra con orgullo una cámara telescópica “photo sniper” cuya distancia focal mínima es de tres metros, lo que la hace muy adecuada “para fotografías de naturaleza y animales salvajes”. Llama además la atención, con una sonrisa, sobre todo un mito de este sector de las antigüedades, el objetivo Canon de 50 mm, 0, 97 de luminosidad y rosca M39, “un mito” casi imposible de encontrar.


Asegura sentirse satisfecho en la primera jornada de una feria, en su opinión, “muy bien organizada”. Además de los artículos fotógraficos, su puesto cuenta también con objetos de colección y decorativos, como planímetros o un pequeño aparato capaz de calcular la presión necesaria “para apretar un timbre o un botón”. Aunque al final, “el artículo que te piden es aquel que has dejado en el almacén”, bromea.


Y también de Cataluña, en concreto, de Tortosa, viene Robert Bosque, animado igualmente por los buenos resultados obtenidos el año pasado. Destaca de la feria de Huesca, “la variedad de objetos que se pueden encontrar”, además de la buena organización y de lo acogedor que resulta el Palacio de Congresos. Recuerda además que ‘antiguo’ no tiene por qué ser sinónimo de ‘caro’, pudiéndose encontrar todo tipo de objetos a precios asequibles.


Visitantes, acuden de todas la edades, señala, por otra parte, María Cruz Madrid, miembro de la empresa organizadora. Y es que lo ‘vintage’ está cada vez más de moda y atrae a muchos compradores jóvenes. “Se puede encontrar un poco de todo”, asegura, “desde objetos muy valiosos o artículos pequeños a buen precio”. En estas ferias se lleva también, añade, negociar el precio con los vendedores, “pero de una forma digna, si cuesta 100 euros, puedes ofrecer 70, no cinco”. Y es que, como asegura, “en ferias como esta se compra, se vende, se cambia, se dan mucho a ese juego”.-