El Ayuntamiento de Huesca ha decidido retirar los árboles de travesía Ballesteros y Obispo Pintado que están causando afecciones en las aceras y la red de saneamiento. Como explica el concejal del área de Servicios Generales, José Miguel Veintemilla, las raíces de estos ejemplares, de gran tamaño, “convierten las tuberías en un vaso obturado y las aceras, en una auténtica montaña rusa para aquellas personas con problemas de movilidad o que caminan con un carrito para niños”. “Evidentemente, los ciudadanos tienen que poder andar por las calles con la suficiente tranquilidad para evitar las caídas, que ya se han producido muchas”, añade Veintemilla.

En su lugar, explica el edil, se colocarán otros ejemplares “que se adapten al ámbito urbano y no resulten una afección negativa para el ciudadano”. En travesía Ballesteros son así 24 los ejemplares que se retirarán y 18 los que se plantarán en su lugar, seis de ellos sobre alcorques, mientras que en Obispo Pintado podrían ser unos siete.

El proyecto ha sido recibido con satisfacción en la Asociación de Vecinos del Barrio de Santo Domingo y San Martín, al cual pertenecen ambas vías. “Hay muchas quejas por parte de los vecinos desde hace unos seis años y se ha habido muchos paseantes que se han caído haciéndose daño de verdad”, comenta el portavoz de la junta vecinal, Miguel Ángel Campo. Como explica, se les comunicó la puesta en marcha de esta operación en una reunión mantenida con el concejal de Servicios Generales y el técnico de Medio Ambiente Ambiente del Ayuntamiento de Huesca.

Campo desea asimismo la reposición de dichos ejemplares como marca la ordenanza municipal y recuerda que existen otras zonas del barrio, como el parque de San Martín, que se encuentra precisamente entre Obispo Pintado y travesía Ballesteros, donde son necesarias también actuaciones similares. Han solicitado además que se realice un replantado en la plaza del Justicia aprovechando las labores para el soterramiento de los contenedores de basura.

El portavoz vecinal reconoce además que han recibido también quejas de algunos vecinos contrarios a la tala de dichos árboles. Insiste por ello en que se trata de ejemplares “de gran porte, que dan sombra y alegría a esta zona”, pero que hacen muy difícil el paso a los peatones. “A nadie de la junta nos gusta que se eliminen, pero los ciudadanos tienen que poder caminar tranquilamente y con espacio suficiente por la calle”, comenta el portavoz vecinal.