La ladera del embalse de Montearagón precisa más análisis y no se descartan nuevas obras


Entre las medidas para garantizar la estabilidad del terreno están los  movimientos de tierra y el drenaje

La presa de Montearagón.
La ladera del embalse de Montearagón precisa más análisis y no se descartan nuevas obras
R. G.

El terreno, aparentemente, no se mueve, pero se continúan haciendo estudios y no se descarta que sea necesario acometer obras para garantizar la estabilidad de la ladera de la cola del embalse de Montearagón, en el río Flumen y a escasos kilómetros de la ciudad de Huesca. Mientras, el llenado de la presa, que comenzó en junio de 2010, sigue parado, ya que en abril del año pasado el Ministerio de Medio Ambiente obligó a frenar el almacenaje de agua en la cota 554 (15,6 hm3), es decir, al 30% de su capacidad.


La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) informó de que los controles de la ladera continuarán de forma indefinida, aunque el seguimiento exclusivo ya ha concluido y los datos obtenidos indican que «el movimiento es nulo». Según las mismas fuentes, en estos momentos se está elaborando un cálculo de estabilidad del terreno donde ya en 2005, un año antes de que terminara la construcción de la presa, se detectaron los deslizamientos. 


Estos cálculos y los datos de los cuales ya se dispone permitirán hacer un análisis del coeficiente de seguridad y un estudio retrospectivo. Desde la CHE explicaron que «parece que se han reequilibrado las masas», pero que, debido a eso, es necesario saber si el coeficiente es suficiente y está de acuerdo con la normativa. 


Con ese coeficiente se terminará el modelo geotécnico o perfil del suelo de la ladera y, tras analizar los diferentes escenarios (embalse lleno, medias cargas...), se podrá definir la solución y redactar el proyecto de obra. Entre las medidas que se podrían adoptar para impedir posibles deslizamientos está el drenaje de la ladera y los movimientos de tierra, indicaron desde Confederación. 


Este no es el primer problema que causa la inestabilidad del terreno sobre el que se asienta el embalse de Montearagón. Tres meses antes de iniciar su puesta encarga fue necesario impermeabilizar las laderas sobre las que se levantó la presa para impedir que el agua almacenada se filtrara por ella. Se excavaron galerías y se inyectó cemento a presión para formar una pantalla. 


El embalse, con capacidad para 51,5 hm3 registra en este momento más salidas de agua que entradas, ya que se está en plena campaña de riegos. El caudal que vierte la presa es de 1.200 litros por segundo (100 l/s de caudal ambiental y 1.100 l/s solicitados por los regantes situados aguas abajo del embalse». A pesar de la suelta de agua, la cota está en 553. Debido a que este ha sido un año muy lluvioso, el nivel ha bajado poco respecto a la altura a la que se limitó el llenado. 


La puesta en carga no es lo único paralizado en el embalse de Montearagón, con un coste de 50 millones de euros; y donde la primera piedra se colocó en 1995. La crisis económica mantiene en dique seco la construcción de las conducciones para abastecer de agua de boca a la ciudad de Huesca y de caudales a las 4.000 hectáreas que están pendientes de transformación en los campos de la comarca de la Hoya. 


Asimismo, esta parado el plan de restitución del embalse, que se aprobó hace nueve años y contemplaba obras por valor de 30 millones de euros en los municipios de Huesca y Loporzano, donde está el vaso del pantano. De ese dinero, que llega con cuentagotas, solo se han invertido 1,8 millones para renovar los abastecimientos en algunos núcleos.


A principios de este mes los vecinos de Barluenga (Loporzano) denunciaron el deterioro de las infraestructuras incluidas en los proyectos que Medio Ambiente aprobó como compensación. Desde 2005 esperan el arreglo de caminos y carreteras y ahora no saben si tendrán que cerrar la iglesia por riesgo de derrumbe.