Manos blancas para recordar a las víctimas del terrorismo

Las madres de los guardias civiles asesinados en Sallent y la alcaldesa han descubierto el monolito.

Acto en recuerdo a las víctimas del terrorismo en Huesca
Manos blancas para recordar a las víctimas del terrorismo

Decenas de responsables institucionales aragoneses y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han tomado parte este viernes en la inauguración en Huesca de un monolito de manos blancas que se ha erigido en una céntrica plaza de la ciudad en memoria de las víctimas del terrorismo.


Al acto han asistido familiares de víctimas de atentados terroristas nacidas en Aragón, entre ellos el hijo de Manuel Giménez Abad, líder del PP aragonés muerto en 2011 por ETA, o que se encontraban destinadas en la región en el momento de ser asesinadas.


El monolito ha sido descubierto por la alcaldesa de Huesca, Ana Alós, y las madres de los dos guardias civiles que fueron asesinados en Sallent de Gállego en 2000 con una bomba lapa adosada a su vehículo oficial, Irene Fernández Paredes y José Ángel de Jesús Encinas.


La responsable municipal ha intervenido posteriormente para expresar su apoyo a las víctimas de la barbarie terrorista y señalar que "ninguna disputa se puede saldar con la vida de un hombre".


Posteriormente ha tomado la palabra en nombre de las víctimas Manuel Giménez Larraz, hijo del político del PP asesinado por ETA en Zaragoza, quien ha asegurado ser consciente en todo momento de la necesidad de preservar la memoria de las víctimas.


A este respecto, ha destacado que las "listas negras" de ETA estaban formadas por las personas que detentaban los "valores democráticos" de la sociedad, subrayando que "cuando asesinaron a mi padre lo hicieron porque representaba nuestros derechos y libertades". "Todos los valores de la democracia -ha añadido- llevan el nombre de los 17 asesinados en Aragón y los más de mil en el conjunto del país".


El Gobierno aragonés ha estado representado con el consejero de Política Territorial e Interior del Gobierno aragonés, Antonio Suárez, quien tras expresar su solidaridad con las víctimas ha recordado que "ETA está vencida policialmente pero no disuelta". Según ha explicado, "hasta que la banda no anuncie su disolución, entregue las armas y pida perdón no podremos dar por finalizada la batalla".


Suárez, que ha alertado contra la amenaza para la sociedad actual que constituye el terrorismo yihadista, ha destacado que hace unos días entró en vigor en Aragón el Reglamento de las Víctimas del Terrorismo, que reconoce los derechos de todas las personas asesinadas por organizaciones terroristas desde 1960.


Tras los discursos, los familiares de las víctimas han realizado una ofrenda floral ante el monolito inaugurado. Además de los de los guardias civiles asesinados en Sallent y de la Manuel Giménez Abad, han tomado parte en la ofrenda familiares del otras víctimas como el general de la Guardia Civil Juan Atarés; o de los gobernadores militares en Guipúzcoa Luis García Lozano y Rafael Garrido Velasco.


También han participado las familias del político vasco Fernando Múgica; y de Antonio Sabalete, asesinado en los atentados del 11-M; del coronel del ejército José María Martín-Posadillo.


Han asistido, víctimas de atentados que pudieron salvar la vida como José Marco Jalle, herido en el atentado de San Juan de los Panetes (Zaragoza) en 1987; Francisco Zaragoza Lluch, superviviente de tres intentos de asesinato; y José Vargas Rincón, víctima del atentado con bomba de Hipercor en Barcelona.