Tamarite de Litera se descubre a sí misma. La iniciativa del Ayuntamiento de la localidad de exponer reproducciones de sus bienes artísticos ‘emigrados’ –o lo que es lo mismo, que algún día formaron parte de su patrimonio y que en estos momentos están en distintos lugares del mundo– está teniendo desde el primer día una gran acogida por parte de los tamaritenses.

La última copia exhibida, la de la tabla del Arcángel San Miguel que se halla en el Museo de Filadelfia (EE.UU.), que se puede ver en la torre del campanario, en el corazón del casco antiguo, ha recibido ya más de un centenar largo de visitas desde que se abrió al público el pasado viernes. La apertura de esta muestra estuvo precedida de una conferencia, a cargo de Albert Velasco, conservador del Museo de Lérida, que aportó algunos datos poco conocidos sobre este y otros bienes, algunos de los cuales ya posee el consistorio en forma de reproducciones de gran calidad, como la de la actual tabla.

"Es una forma de dar a conocer nuestro patrimonio", señalaba el concejal de Urbanismo, Andrés Aguilar, mientras mostraba con satisfacción por el trabajo realizado con la copia de la tabla del Arcángel San Miguel, que un día –hace ya mucho tiempo– estuvo en el altar de la excolegiata de Santa María La Mayor , formando parte de su retablo.

Muchos tamaritenses conocían la existencia de esta pieza, ya que ha sido difundida en distintas publicaciones relacionadas con el patrimonio local, pero la oportunidad de verla a tamaño natural y con la reproducción de todos sus detalles en relieve es un atractivo más sobre las fotografías que habían visto hasta ahora.Difusión del patrimonio

El esfuerzo que está haciendo el Ayuntamiento de Tamarite por difundir su patrimonio se ha llevado también al casco antiguo. Ayer por la mañana, un grupo muy heterogéneo compuesto por medio centenar de personas de todas las edades descubrieron aspectos de su localidad que les habían pasado inadvertidos, incluso a los que han vivido en el pueblo toda su vida.

De la mano de Jonatan Capdevila, el paseo descubrió a muchos detalles del antiguo barrio judío, donde aún sobreviven dos inmuebles con características primigenias. El cicerone se apoyó en otros jóvenes, con conocimientos muy específicos, para ahondar en las explicaciones. Fue el caso de Eva Boix, joven arquitecta técnica que descubrió algunas curiosidades sobre la antigua Casa de Diezmos –que el ayuntamiento quiere consolidar en colaboración con los propietarios–, sobre la que está haciendo el proyecto final de un máster en el que participa. Un estimulante paseo matutino que finalizó ante la tabla de San Miguel.