Afectados por la crisis

"No vamos de vacaciones y ajustamos al máximo los gastos"

Una pareja de empleados públicos con dos niños, de Huesca, cuenta los "ajustes radicales" que han tenido que hacer en su presupuesto familiar tras los recortes.

Los empleados públicos sufren la pérdida del poder adquisitivo y se ven obligados a ajustar su presupuesto familiar. Una pareja de Huesca, con dos niños de 13 y 9 años, cuenta cómo les ha afectado a ellos la crisis. Ella trabaja en el Servicio Aragonés de Salud y él, en un Ministerio.


"Llevamos desde 2010, sobre todo a raíz del recorte del 5% en nuestro salario, teniendo que realizar ajustes en nuestro presupuesto. Y cuando en verano de 2012 anunciaron la supresión de la paga extra de Navidad, decidimos emprender una política de ajuste más radical. Anulamos nuestras vacaciones para el mes de agosto. Enviamos un mail al hotel explicando los motivos que nos llevaban a tomar esa decisión. Las Navidades fueron austeras, como en casa de tantos empleados públicos: nada de regalos (solo detalles), nada de celebraciones fuera de casa, nada de comidas opíparas, nada de turrón, nada de cava, nada de cenas de empresa, etc.", cuenta Fernando Martínez.


"En cuanto al día a día, hemos decidido encender solo lo imprescindible la calefacción, controlar el encendido de aparatos eléctricos, borrar de las actividades extraescolares a nuestros hijos, usar el coche lo mínimo imprescindible, reciclar ropa, buscar siempre las ofertas en los super más económicos, dejar de comprar productos de marca y comprar los alimentos más baratos (pollo en vez de ternera, pescado congelado en vez del fresco, etc.)", relata.


"Prácticamente todos los empleados públicos damos por hecho que este año no solo no recuperaremos la paga extra de Navidad, sino que tememos que perderemos también la de verano, con lo que llevamos una política austera de una forma continua. Muchos de nosotros ya hemos decidido que no iremos de vacaciones tampoco este año. El miedo se ha instaurado entre nosotros. Con esta política de contención del gasto que hemos iniciado al final repercute en el comercio, en los talleres, autónomos, etc., que terminan siendo también los paganos de esta situación", afirma.


Fernando Martínez lamenta las críticas que reciben los empleados públicos. "Soy consciente de que hay mucha gente en una situación mucho peor que la mía y la de mis compañeros laborales y funcionarios, pero eso no ha de servir de excusa para que los empleados públicos seamos vistos como los culpables de no sé qué situación. Llevamos arrastrando a lo largo de los últimos 15 años una pérdida de poder adquisitivo que ningún otro colectivo ha conocido ni de cerca. Nosotros no somos los culpables de nada", subraya.