Entrevista a Diego Hernando Sesé, escultor

"En Huesca se acepta el arte más puntero"

Diego Hernando ha realizado esculturas para los presidentes franceses Nicolas Sarkozy y François Hollande y partició en la restauración del teatro Olimpia.

Es oscense, tiene 34 años y consigue que elementos como el metal, la cerámica o el oro le obedezcan cuando los tiene entre manos. Suyas son obras como la placa de la Sagrada Familia descubierta por Benedicto XVI o una serie de esculturas de pequeño formato para el museo de Goya de Fuendetodos. Ha esculpido por encargo a los presidentes franceses Hollande y Sarkozy y ha realizado obras de gran formato, para firmas comerciales, junto con decorados de televisión y obras para videoclips de artistas como Revólver o La Mala Rodríguez. También ha participado en la restauración del teatro Olimpia de Huesca.


¿Cómo nace un escultor?

Nunca creí que se pudiera hablar de mi como tal, de modo que supongo que se va haciendo poco a poco. Conocer técnicas expresivas requiere tiempo, ensayar con ellas también, lo único que no se puede aprender ni enseñar es el sentimiento personal que se imprime en una obra. En cualquier caso esta sensibilidad se puede hallar en todo individuo capaz de emocionarse. Tan sensible es el que construye algo como el que se deja emocionar por lo construido. La diferencia está en que el emocionado prefiere ganarse el pan en otro oficio que le sea más cómodo. Como pasa con todo, la maestría requiere tiempo y en cierto modo yo acabo de empezar.


¿Resulta Huesca un sitio inspirador?

Sin duda de Huesca han salido y salen artistas, bien porque el marco geográfico resulta inspirador o por el ambiente social. Hemos tenido pintores de fama y escultores y hoy en día se exportan talentos en todos los géneros creativos. Los estudios de fotografía son un referente español y los trabajos profesionales en este campo están, sin duda, al nivel de Barcelona o Madrid. Lo mismo ocurre con el diseño gráfico. En Huesca se acepta además el arte más puntero y se apoya a sus creativos con una especie de orgullo patrio muy característico de nuestra provincia. Tenemos también una escuela de restauración con profesores que son referente nacional.


¿De cualquier material puede salir una escultura?

 Llevamos unas cuantas décadas renovando los soportes artísticos y demostrando que cualquier material sirve a la idea para convertirla en una expresión artística. Muchos artistas investigan con técnicas digitales, están apareciendo ya impresoras 3D, otros utilizan resinas de poliéster, entre otros materiales. Las ideas han de transcribirse y cada uno elige el formato más adecuado para reflejarlas.


¿Cuándo se trabaja con materiales como el oro, se tiene más responsabilidad por el trabajo que lleva uno entre manos?

Casi en cualquier encargo hay un momento en el que la responsabilidad atemoriza. Unas veces es el material con el que trabajas como el oro y otras es el impacto mediático o el cliente mismo.


¿Resulta igual de sencillo trabajar en un formato grande que en uno pequeño?

El formato grande es agotador pero tiene la ventaja de que sueles trabajar en equipo. En la mayoría de las ocasiones se trata de encargos que se finalizan habiendo aprendido muchos trucos de tus compañeros. Con el formato pequeño me siento más cómodo físicamente, suele ser más introspectivo. Estar solo delante de una pieza genera una relación muy íntima, al finalizarla siempre tengo la sensación de que se ha ido construyendo por si sola según sus necesidades y me veo como un mero espectador.


También ha trabajado para varias marcas publicitarias, ¿se ha sentido entonces igual de artista?

En trabajos para publicidad o cine se está totalmente atado a las órdenes del director de arte. Son quienes piensan y diseñan mientras el artista ejecuta. De algún modo es más sencillo, disfrutas del trabajo pero la responsabilidad estética recae en otro. Hoy en día resulta complicado encontrar mecenas. Las agendas de ‘renting’ son las que dicen qué obras hay que comprar o a quién hay que subvencionar. La mayoría de escultores a los que les sigo la pista se autofinancian como pueden y la mayoría de los mecenas que conozco piensan en la rentabilidad de la inversión, esto provoca que muchos artistas creen según la tendencia que ofrezca más beneficios.


¿Cómo fue retratar a Sarkozy y Hollande?

Ha sido, sin duda, uno de los encargos más curiosos que he tenido. En este tipo de trabajos lo más duro es pensar en la opinión del público y su juicio acerca del parecido con la realidad. Cuando inviertes muchas horas para que un retrato sea modelado o pintado, acaba desvirtuándose la visión y dudas del parecido. A pesar de que en estos casos trabajas tomando referencias milimétricas, la expresión facial que lo humaniza es lo más complicado, sobre todo en el caso de políticos donde la información que tenemos sobre su personalidad suele estar un tanto desvirtuada o caricaturizada.