Vivir en el 'triángulo eléctrico'

La antena de telefonía móvil en la azotea del número 17 de la avenida de Doctor Artero en Huesca, el dispositivo que utiliza la comisaría de la Policía Local en la misma vía y la subestación eléctrica del área 3, enfrente de esta última, forman, los tres, un ‘triángulo eléctrico’ que hace que los vecinos del barrio de María Auxiliadora estén preocupados por su salud. La presidenta de la asociación del barrio, Carmen García, ha llamado la atención en repetidas ocasiones sobre los perjuicios que esta situación puede causar en el bienestar general de la zona. “Los médicos aconsejan, aunque en ‘petit comité’, que es recomendable alejarse de estos focos de emisión. Lo malo es que nadie se moja, nadie lo quiere hacer público, a pesar de que existen multitud de informes al respecto”, asegura García.

Desde la Federación de Barrios Osca XXI se dirigió, precisamente, la semana pasada, una solicitud al Ayuntamiento de Huesca en el que pedía la regulación de este tipo de terminales de cara a la próxima aprobación de la Ordenanza de Infraestructuras Radioeléctricas. “A día de hoy existe una ausencia total de normativa, aunque en España ya hay Ayuntamientos que han regulado las emisiones muy por debajo del nivel recomendable. Desde la Unión Europea se ha aconsejado también reducir la potencia de las emisiones”, afirma la portavoz vecinal.

Dicho índice, según pudo saber la asociación vecinal después de consultar a un experto en esta materia, se establece así en 0,6 voltios, cuando según han podido saber los vecinos de este barrio oscense, existen algunas ciudades españolas que han conseguido reducir este número hasta el 0,1. “A partir de ese 0,6 y tal y como ocurre en la avenida de Doctor Artero, es conveniente realizar estas instalaciones fuera del perímetro urbano”, añade García, “todo consiste en que nos pongamos de acuerdo para andar en la misma dirección”.

Efectos negativos para la salud

Piden, de esta forma, que sea el Ayuntamiento de Huesca el que actúe como mediador entre los vecinos y los operadores. “En nuestra opinión, se trata de una acción que merece la pena llevar a cabo y que no puede ser difícil de materializar”, asegura la representante de los vecinos. Sería conveniente, de la misma forma, que el consistorio informara a los oscenses sobre la ubicación de este tipo de antenas, las condiciones en las que se han colocado y la potencia de emisión. “También nos gustaría que se renovaran, ya que la tecnología ha avanzado mucho últimamente, aunque esto requiera una inversión por parte de las operadoras”, comenta García.

Como asegura la portavoz vecinal, será dentro de una década, más o menos, cuando se tengan evidencias claras de la afección que causan los campos electromagnéticos. Por ello, aboga porque se realice también una inversión en “sensibilización y educación”. “Solo con que separemos el teléfono móvil del oído medio centímetro, de forma que no entre en contacto con el oído, se evita una recepción masiva de las ondas”, explica Carmen García.

En su asociación les gustaría, asimismo, presentar sus propuestas al Consejo de los Niños y de las Niñas, recientemente constituido. “Queremos transmitirles también nuestras opiniones, ya que son especialmente sensibles, junto con los enfermos, a estas antenas”, señala la portavoz del barrio de María Auxiliadora. García mostró además su preocupación sobre el alto número de enfermos de cáncer que viven en este barrio oscense, en el que predominan los bloques de gran altura y con una cantidad elevada de viviendas. “No contamos con fondos para realizar un estudio ni para poner en marcha campañas divulgativas”, lamenta la portavoz vecinal, “tan solo contamos con muchas premisas y muchas evidencias, por eso vemos tan importante, en la medida en la que nos es posible, sensibilizar sobre este tema”, subraya Carmen García.-