La ribera del Gállego se prepara para el descenso de nabatas

La marcha senderista y la Feria de Primavera complementan el programa de actividades.

Construcción de las nabatas junto al Gállego en Murillo.
La ribera del Gállego se prepara para el descenso de nabatas
Heraldo.es

Las XIII Jornadas por el Río Gállego llegan este fin de semana a su final, que tendrá su broche de oro este domingo con el esperado descenso de las nabatas llevadas por la corriente del río desde Murillo de Gállego hasta el puente de hierro de Santa Eulalia. Pero antes toca rematar la construcción de estas embarcaciones compuestas de troncos atados por verdugos y que servían antaño para transportar la madera, actividad que tendrá lugar a lo largo de este sábado en el punto de partida del recorrido.


Será además un día para el deporte, ya que se celebra la séptima edición de la Marcha por la Galliguera, que recorre alrededor de una veintena de kilómetros, pasando por enclaves como Quiraniello, la ermita de San Pablo o el núcleo de Erés. El recorrido, de carácter circular, tiene su punto de partida y línea de meta en Biscarrués y está previsto que culmine en esta población con una comida popular. Por otra parte, además de poder contemplar el trabajo de los nabateros con la construcción de las embarcaciones, Murillo de Gállego ofrece otras actividades en el marco de estas jornadas.


Así, a las 16.00, se impartirá un taller de panadería y a las 17.30, se abrirá al público la VII Feria de Primavera, con catas de vino, aceite, miel y también cerveza. Entre los participantes se pueden encontrar panaderías, bodegas, carnicerías, entre otros; además de un puesto de venta de artesanía. Y ya el domingo, desde las 11.00 y hasta las 13.00, es el momento de animar a los nabateros en su descenso. También habrá una comida popular. Será, en este caso, en la localidad de Biscarrués, cercana al punto de llegada de las embarcaciones.


Esta XIII edición de las Jornadas por el Río Gállego dio comienzo el jueves también con el trabajo de los nabateros junto al río, en Murillo, y con éxito de asistencia a las diferentes actividades organizadas, según han apunado desde a Cooordinadora Biscarrués-Biscarrués Mallos de Riglos, organizadora de esta cita anual, junto al colectivo La Galliguera y la Asociación de Nabateros. Colaboran además la Diputación Provincial, la Comarca de la Hoya de Huesca, y la Asociación para el Desarrollo de la Hoya de Huesca, Adesho. Así, estos días se ha podido disfrutar de excursiones, teatro para toda la familia a cargo de los Titiriteros de Binéfar y de la práctica de ‘rafting’ con fines solidarios. Sin embargo, como cada año, también ha habido tiempo para la reivindicación, de mano, una vez más, de los trabajadores de las empresas de deportes de aventura que operan, principalmente, en Murillo de Gállego, que han vuelto a leer un manifiesto en contra de la regulación de las aguas del Gállego con la construcción de un pantano en Biscarrués.Manifiesto de los trabajadores de aguas bravas

Como han recordado en un comunicado, el desarrollo turístico generado en las últimas tres décadas, principalmente, en torno al río protagonista de esta jornada, “hace que todo el pueblo, con las empresas a la cabeza, pidan el replanteamiento del futuro hidrológico de la zona y se tenga en cuenta el desarrollo natural” que han tenido los pueblos de su entorno. Después de la lectura del manifiesto, señalan fuentes del citado colectivo, “los asistentes se han vestido adecuadamente y se han marcado al río a disfrutar. Qué mejor manera de reivindicar la zona que divertirse en ella”.


Hacen hincapié, por otra parte, “en la impresionante belleza que esconde el río Gállego”. “De esta manera, todos somos conscientes de la destrucción que supondría la construcción del embalse de Biscarrués y de las afecciones que éste tendría para el territorio”, apuntan. Como señalan, su realización haría “que se inundase el tramo bajo y parte del alto, con una incidencia muy grave en el territorio y la economía de los pueblos”. Los participantes han coincidido además en la necesidad de realizar “un análisis real sobre las ventajas de la construcción del embalse”. Ya que en su opinión, insisten, supondría así una amenaza para la supervivencia del pueblo de Erés, además de la desaparición de los deportes de aguas bravas, “el motor económico de la comarca”. Asimismo, el proyecto, dicen, “divide a la población en torno al debate sobre el agua de regadío”, además, “implica la negativa a estudiar un plan de desarrollo sostenible para la zona” y supone, por último, “un alto coste económico en tiempos de crisis”.