La asociación 'Árboles para siempre' inicia la reforestación de una finca en Alcubierre

“No solo queremos plantar árboles y arbustos, sino también conservarlos y crear un patrimonio que pase a las nuevas generaciones”. Son las palabras de Concha Castellor, portavoz de la asociación Árboles para siempre, con sede en Huesca y cuyos socios –son actualmente en torno a una treintena– se han propuesto recuperar zonas naturales mediante su reforestación con especies vegetales autóctonas.

Han comenzado en el municipio de Alcubierre, donde han adquirido una finca de 2, 7 hectáreas de extensión a tres kilómetros del casco urbano. Allí tienen la intención de crear un área forestal, además de un refugio para diferentes especies de la fauna local (como el cernícalo primilla), junto con la puesta en marcha de un aula de participación y educación medioambiental para los escolares de la zona.

El terreno, señala, había sido labrado con anterioridad, aunque ahora se encontraba “abandonado” y ha sido posible su compra gracias a las aportaciones de los propios socios y de sus simpatizantes. “Está pensada, sobre todo, para los niños del municipio, para que puedan acudir allí a ver cómo crecen las plantas. Hemos llegado a encontrar incluso orquídeas silvestres, una de las especies más buscadas”, añade Castellor. La recuperación de la flora influye además positivamente, recuerda, en la recuperación de la fauna, con la creación de nuevos ecosistemas.

La idea surgió, comenta la portavoz del colectivo, de la afición a la naturaleza de sus fundadores. “Hemos dado muchos paseos por el campo y da mucha pena encontrar parajes que necesitan una puesta a punto”, asegura. Observaron además, que a pesar de que se producen iniciativas como plantaciones de árboles, “después no se lleva a cabo un seguimiento de los ejemplares, que pueden acabar muriendo”. Por eso, recalca la portavoz de Árboles para siempre, “todo lo que plantemos, tenemos intención de cuidarlo para que viva con salud”.

Pretenden, de este modo, señala la presidenta de la asociación, dejar un legado perdurable para las generaciones futuras, ya que, como dice, “nosotros tenemos una vida limitada, pero una sabina puede alcanzar los 300 años, por eso es necesario que la labor que hemos comenzado pueda ser continuada”.

Ahora cuentan con el apoyo de ingenieros agrónomos, además de educadores medioambientales o jardineros, como la propia representante de esta asociación sin ánimo de lucro, que esperan que pronto se convierta en fundación. Han contratado además con los servicios especializados de la empresa Aragonea.“Que no se quede solo en la reforestación”

Como ha señalado, por otra parte, el alcalde de Alcubierre, Álvaro Amador, el proyecto se encuentra ahora dando sus primeros pasos previos a la firma de un convenio. “Las valoraciones siempre son positivas cuando se quiere hacer algo por el medio ambiente, pero no solo se tiene que quedar en una plantación o en la restauración de la zona, sino que hay que ir más allá, de cara a enseñar el proyecto, a promocionarlo y a mostrar cuáles son las prácticas medio ambientales más adecuadas para este territorio”, afirma el primer edil de la localidad.