Una representación con 400 actores de la villa en Aínsa

Una tradición que ha sido recuperada por los vecinos de Aínsa

Un momento de la representación de anoche en Aínsa.
Una representación con 400 actores de la villa en Aínsa
Javier Blasco

Y la mediación divina obró el milagro. Apareció la cruz sobre la carrasca, símbolo del Sobrarbe y del escudo de Aragón, y no solo cambió la suerte en la batalla a favor de las tropas cristianas sino que evitó que la lluvia aguara anoche la representación de La Morisma de Aínsa. Nada podía apagar ese fuego ni la ilusión de los casi 400 personajes principales y figurantes o de los 1.300 espectadores que llenaron la plaza. Se colgó el cartel de ‘No hay entradas’ en la primera recreación nocturna de la historia.


Porque La Morisma tiene historia. No es una función inventada sino que hay documentos de 1678 de las Cortes de Aragón, en los que se habla de esta fiesta, que se celebró hasta los años 30 y se recuperó como hoy se conoce en 1970, recordaba ayer el presidente de la asociación de esta fiesta, Pedro Escartín. Son los propios vecinos de Aínsa quienes representan la leyenda fundacional del primitivo Reino de Sobrarbe con textos antiguos, entre los que que se intercalan toques de humor en los diferentes dichos que consiguen sorprender al público, detallaba el alcalde, José Miguel Chéliz. 


Todo estaba listo para vencer a la lluvia en el fragor de la batalla, ya que incluso se habían forrado con plásticos los asientos de las gradas. Los 80.000 vatios de luz se encendieron y se vio una Morisma distinta en la que la oscuridad o la dirección de un foco marcaban los puntos de interés en una función intensa. Las escenas del Pecado, el Diablo o la Muerte cobraron mayor protagonismo por el sonido y los efectos pirotécnicos en medio de la noche. Los aplausos finales sonaron con la misma fuerza.