El rey Pedro III de Aragón, coronado en Ibieca

Un centenar de personas recreará durante tres días  la ceremonia real

La vestimenta, el mobiliario, las joyas, los tronos, los personajes, los usos y costumbres... Todo se ha recreado fielmente para que la coronación de Pedro III de Aragón, ‘El Grande’, que se revivirá este fin de semana en Ibieca, retrotraiga al visitante al año 1276. Aunque el hecho histórico tuvo lugar en la seo de San Salvador de Zaragoza, la iglesia de San Miguel de Foces, detenida en esa época, es el escenario ideal para esta recreación histórica, según promotores, que buscan huir de cualquier anacronismo.


Más de un centenar de personas llegadas de toda España, incluso con representación de Estados Unidos, Portugal y Eslovaquia, participarán en este acontecimiento. Son apasionados de la historia y aficionados al recreacionismo, «un hobby caro, pero que une a personas que amamos la historia y más en concreto la segunda mitad del siglo XIII», explica Carlos de la Rosa, presidente de la asociación histórico cultural Feudorum Domini, que organiza el acto. 


Él será además el encargado de encarnar al camarlengo real, Atho de Foces, el único que puede tocar físicamente al rey, al que dará vida Luis Sorando, vicepresidente del colectivo y asesor histórico en cine y series como ‘Isabel’, de Televisión Española. Todos los personajes actuarán como tales durante todo el fin de semana en cuanto a las relaciones entre diferentes estamentos y los usos y costumbres. Y cada participante ha sido seleccionado tras certificar previamente que cuenta con la indumentaria adecuada al rigor histórico que exigen estos eventos, documentando la vestimenta original del siglo XIII en la que se ha inspirado, a través de obras de arte de la época.


Durante los tres días, los recreadoresos vivirán en un campamento que se montará en torno a San Miguel de Foces, con unos 35 pabellones ambientado en la época. Varios de los actos estarán abiertos al público en determinados horarios, donde se podrá ver a los personajes actuando tal y como lo harían los auténticos protagonistas en varias dramatizaciones.