Alcalde pide esperar a la decisión de los jueces sobre la guardia civil detenida

La agente fue detenida por una supuesta relación con un traficante de drogas, aunque desde la Guardia Civil lo niegan.

El delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, ha dicho que hay que "esperar" a ver qué dicen los tribunales sobre las presuntas responsabilidades de la agente de Guardia Civil detenida en Huesca por su supuesta relación con un traficante de drogas al que le fue incautada una pistola de su propiedad.


Tras señalar que el instituto armado tiene sus propios reglamentos internos con los que establecerá las medidas oportunas, Alcalde ha destacado que "habrá que esperar, por otra parte, a ver que dicen los tribunales" sobre este caso. Al respecto, ha añadido que la Guardia Civil mantiene que se ha producido "un robo de esa arma", en contra de lo que dice el presunto traficante, quien manifestó tras ser detenido que el arma la había obtenido a cambio de 150 gramos de speed.


Fuentes del caso han señalado que la agente de la Guardia Civil señaló, tras su detención, que no intercambió el arma por sustancias estupefacientes sino que le fue hurtada. La agente admitió ante el instructor del caso que conocía al presunto traficante al que le fue intervenida el arma y explicó que éste pudo servirse de la relación no determinada que les hacía encontrarse en ocasiones para apropiarse de la pistola.


El arma le fue intervenida al detenido tras un altercado ocurrido la madrugada del pasado sábado a las puertas de un bar ubicado en el barrio del Perpetuo Socorro de la capital altoaragonesa. Al parecer, el presunto traficante sacó el arma durante la refriega pero huyó del lugar después de exhibirla ante los testigos presenciales de los hechos.


Al regresar al bar, el sospechoso fue detenido y su pistola, de la que se había desprendido, localizada en las cercanías del establecimiento. El número de serie de la pistola permitió identificar a su propietaria, una agente de la Guardia Civil destinada en Huesca que fue detenida por la Policía Nacional tras manifestar el presunto traficante que la había obtenido a cambio de 150 gramos de speed.


Según han informado fuentes policiales, el detenido aseguró que debido a su forma de ganarse la vida se sentía "más seguro" con una pistola en su poder. La agente, por su parte, alegó que "no se había dado cuenta" de que le faltaba la pistola, un arma no reglamentaria de su propiedad, y que le pudo ser hurtada por el sospechoso.


Tras prestar declaración, el instructor del caso puso en libertad a ambos detenidos, con cargos por tenencia ilícita de armas para el presunto traficante y como cooperadora necesaria en este delito a la agente.