Educación

Las grietas obligan a cerrar el colegio de Ontiñena dos años después de su construcción

En septiembre de 2007 la antigua escuela también se desalojó por problemas estructurales, aunque sigue en pie.

El colegio de Ontiñena se inauguró hace dos años y costó 400.000 euros
Las grietas obligan a cerrar el colegio de Ontiñena dos años después de su construcción
PATRICIA PÚERTOLAS

Ontiñena. Aunque fue inaugurado hace tan solo dos años, el nuevo colegio de Ontiñena ha tenido que cerrar sus puertas de forma temporal por problemas estructurales. El mal estado del inmueble, que supuso una inversión superior a los 400.000 euros, obligará a la veintena de alumnos matriculados a iniciar el nuevo curso en un edificio polivalente de titularidad municipal.


Según explicó el alcalde del municipio, Ángel Torres, la infraestructura sufre problemas de cimentación, lo que provocó «la aparición de una serie de grietas, que han ido creciendo con el paso del tiempo y que requieren de una solución». Al parecer, el problema se arrastra desde antes de la inauguración del inmueble.


De hecho, el primer edil admitió que «antes de su apertura ya se detectaron algunas fisuras, que fueron reparadas y que permitieron abrir el colegio». «No obstante, aún sin ser los responsables, tuvimos algunas dudas y quisimos seguir la evolución de las mismas. Al final, reaparecieron y fue entonces cuando dimos aviso a los técnicos del departamento provincial de Educación», añadió Ángel Torres.


Aunque los trabajos hubieran podido llevarse a cabo en la época estival, el alcalde aseguró que la demora ha sido consecuencia de la «falta de acuerdo» entre la empresa adjudicataria de la construcción del edificio (Conavinsa S.A.) y la aseguradora. «Desde el Ayuntamiento hemos estado en contacto permanente con el departamento provincial de Educación y, aunque sin éxito, creemos que se ha hecho lo posible por acelerar el proceso», afirmó el primer edil. Según sus cálculos, las obras necesarias para asegurar la estructura del edificio tendrán un coste que rondará entre 80.000 y 100.000 euros.


Aunque sin dar plazos concretos, fuentes del departamento aragonés de Educación aseguraron que los trabajos estarán finalizados durante el primer trimestre del curso e insistieron en que, lejos de un problema estructural grave, la decisión de trasladar a los alumnos ha sido adoptada por «precaución».


Asimismo, explicaron que el director provincial de Educación, José María Cabello, se desplazó hace quince días a la localidad con el fin de mantener una reunión con los padres de los alumnos afectados y con representantes municipales. Precisamente, el encuentro permitió alcanzar un consenso sobre la conveniencia del traslado temporal de los escolares al edificio polivalente cedido por el Ayuntamiento.


Allí se dispone de espacio suficiente para la ubicación de las tres aulas así como para otras estancias que se dedicarán a despachos y espacios comunes. A priori, el traslado del mobiliario y el material existente tendrá lugar la próxima semana y correrá a cargo del departamento de Educación. En opinión de Torres, «lo importante es que el problema quedé solucionado de forma definitiva y que, sin más contratiempos, podamos disfrutar de un colegio digno y seguro».


La historia se repite

La situación existente es muy similar a la sucedida hace seis años. De hecho, en septiembre de 2007 el antiguo colegio de Ontiñena también tuvo que desalojarse por problemas estructurales y, al igual que ahora, los alumnos fueron trasladados al mismo edificio polivalente. En esa ocasión, fue igualmente la aparición de unas grietas la que puso de manifiesto el mal estado del inmueble.


Finalmente, el edificio tuvo que abandonarse porque el terreno sobre el que se asentaba, una zona rocosa, iba a continuar dando problemas y se optó por la construcción del nuevo centro escolar. A pesar de ello, el viejo colegio todavía se conserva y las estancias, que están intactas y que carecen de peligro, se siguen utilizando como escenario de actividades sociales y culturales. El nuevo edificio, que ahora ha tenido que cerrar sus puertas de forma temporal, tardó cuatro años en construirse.