Transporte

El Canfranero deja plantada a una pareja cinco horas en Riglos

Los viajeros han presentado una queja a Renfe ya que no se les envió un vehículo tras la avería del tren y tuvieron que pedir ayuda a la Guardia Civil.

 Cerca de cinco horas permanecieron la tarde del domingo, abandonados a su suerte, la vecina de Huesca, Elena Ruscan y su compañero, procedente de Madrid, Samuel Gabaly, en el apeadero de Riglos –apartado del pueblo–, mientras esperaban el Canfranero.


La llegada del tren estaba prevista en torno a las 19.30. "Como se estaba retrasando mucho, llamamos a Renfe, a atención al viajero, para averiguar qué es lo que estaba pasando", relata Elena. Les comunicaron que el servicio llevaba un retraso de 40 minutos. Pasó aproximadamente una hora y media sin novedad, por lo que decidieron volver a ponerse en contacto con la compañía. Fue en esta ocasión cuando les comunicaron que el convoy se encontraba averiado y se había dispuesto un autobús para recoger a los viajeros en las estaciones que completan la ruta. Pasaron así las horas mientras crecía en ellos el temor de que el vehículo prometido hubiese pasado de largo. El frío, aseguran, comenzaba a hacerse más intenso y alarmados, decidieron volver a ponerse en contacto con Renfe. Desde la compañía se les comunicó que el autobús estaba completando ya su recorrido y que debían ser ellos mismos quienes buscaran un medio de transporte alternativo para regresar a Huesca.


"Eran las diez de la noche cuando nos dijeron que el autobús estaba llegando a Zaragoza, ya casi se nos había terminado la batería del móvil, hacía mucho frío y era ya noche cerrada", recuerda Samuel. Dada la ubicación del apeadero, que se encuentra apartado del casco urbano de la localidad, no consideraron prudente caminar a oscuras para pedir ayuda en la localidad. Decidieron ponerse en contacto con la Guardia Civil, quienes, aseguran, mediaron con la compañía ferroviaria, consiguiendo que les enviaran un taxi. Una unidad procedente de Ayerbe fue la encargada de acudir al rescate de la pareja en el apeadero, para acompañarles después hasta donde se encontraba el automóvil, cuyo conductor les esperaba en la población. Era más de medianoche.


"Queremos evitar sucesos así"


Toda esta aventura ha quedado relatada en la reclamación que ambos han presentado a Renfe. "No pretendemos nada más que evitar que esto mismo le pueda suceder a una familia con niños pequeños o a un grupo de escolares", afirma Samuel, para quien, además, "es una pena que pasen estas cosas en una zona tan bonita como esta y con tantos visitantes". Desde Renfe se ha asegurado, por otra parte, que se realizará una comprobación acerca de qué pudo pasar en este punto concreto del recorrido.-