HUESCA

Los guardas del oso detectan a Camille en Ansó, pero no hay denuncias de ataques

En el Pirineo central han nacido cuatro oseznos, dos de ellos son de la hembra que atacó a un cazador en Arán

Imágenes de Camile captadas por la cámara automática instalada por los vigilantes
Los guardas del oso detectan a Camille en Ansó, pero no hay denuncias de ataques
GOBIERNO DE ARAGÓN

Huesca. Los guardas del oso han vuelto a detectar, por tercera vez en lo que va de año, la presencia de Camille en Ansó. Pero esta vez no han sido solo huellas lo que han encontrado. Una de las cámaras de infrarrojos instaladas en las zonas y rutas que frecuentan los plantígrados pirenáicos de estos valles captó su imagen a principios del mes de abril, en concreto la tarde del Viernes Santo, el día que se registró la última gran nevada. Sin embargo, de momento no se ha producido ningún ataque a ganado en la Comunidad. No así en Navarra, donde este mismo ejemplar lleva siete embestidas a rebaños de ovejas de Isaba y Garde.

 

A pesar de que las fotografías no son de gran calidad, en ellas se puede ver perfectamente al animal y ha permitido constatar a los técnicos que este oso, uno de los últimos animales autóctonos que quedan en el Pirineo, está bien a pesar de que se encuentra en el ocaso de su vida, en torno a los 25 años. "En las imágenes no se ven los cuartos traseros del oso y no sabemos si la enfermedad dermatológica que se le había detectado (sarna) ha evolucionado o no, pero sí nos han permitido comprobar las fotos que está en buen estado", relató Manuel Alcántara, jefe del Servicio de Biodiversidad del Gobierno aragonés, quien no dudó en reconocer que todos los inviernos tienen la incógnita "de si Camille se despertará o no" debido a su avanzada edad.

 

Con esta ya son tres las veces que este oso autóctono del Pirineo, uno de los cuatro machos que habitan en la zona occidental del Pirineo (Roncal-Ansó-Hecho-Aspe-Ossau) y el único de esta colonia que tiene su osera en España, se pasea por el valle de Ansó. Se ha detectado su presencia en abril y en marzo. Y aunque en un principio, las huellas detectadas en el mes de febrero en Ansó se atribuyeron a Neré, finalmente se determinó que era de Camille ya que la nieve desvirtúa los contornos y Francia les comunicó que ese otro ejemplar, de tronco esloveno, estaba localizado en su territorio en las fechas en las que se localizaron las huellas del plantígrado.

 

El pasado año, en 2008, los cinco guardas del oso contratados por el Gobierno aragonés para realizar el seguimiento de estos ejemplares por el Pirineo detectaron la presencia de estos animales en tres municipios, todos ellos del Parque Natural de Los Valles. Asimismo, fue en este mismo territorio, concretamente en Ansó, donde se registraron los tres únicos ataques a ganado.

Dos colonias muy diferentes

Pero si por algo han vuelto a saltar a las páginas de los periódicos los osos pirenaicos son por las buenas noticias que para los conservacionistas se han dado en la colonia de la parte central y oriental del Pirineo. Se trata de la zona de Alto Garona, Altos Pirineos, Benasque y Arán, un territorio en el que habitan entre 15 y 19 ejemplares y en el que este invierno han nacido cuatro nuevos oseznos. Hvala, la osa eslovena que se hizo famosa este otoño por el ataque a un cazador en Arán, ha sido vista con dos crías. Además, se baraja la posibilidad de que Caramelles y Sarousse hayan tenido una cada una de ellas.

 

La otra cara de la moneda es la colonia occidental, la de Los Valles, Roncal y Aspe. Es imposible que ésta siga creciendo. Alcántara hace una comparación con el propio territorio. "Faltan hembras, igual que faltan mujeres en muchos pueblos del Pirineo". Y es que son cuatro machos los que habitan estos valles y muy improbable que lleguen hembras desde la zona central ya que estás "solo se mueven si hay una alta densidad en la zona de origen", detalló Alcántara. Pero de momento, no la hay. Es más, para el jefe del Servicio de Biodiversidad tampoco en la zona central-oriental se puede hablar ecológicamente de "población" sino más bien de "animales" ya que a pesar de ser unos veinte osos "hay dudas de que pueda ser viable". Además, advirtió de que la mortandad de los oseznos durante el primer año de vida es de un 50%.

 

Pero no todo está perdido y Alcántara recuerda que en los Alpes Dolomitas, con unos veinte animales, muchos de ellos reintroducidos con un proceso similar a la llevada a cabo en los Pirineos por Francia en 1994 y 2006, la población "ha salido adelante".