Las cifras del verano ya marcaban la tendencia y el balance de todo 2017 lo ha confirmado. El turismo repunta en la ciudad de Huesca y el año pasado se registro un incremento de visitantes del 8,7% respecto al anterior. Así lo reflejan los datos de la Oficina de Turismo, por la que en los últimos 12 meses pasaron 110.781 personas, frente a las 101.851 del 2016. Solo en una jornada, el 8 de diciembre, el servicio atendió a 1.241 visitantes, lo que supone un récord de afluencia y una cifra superior incluso a días de la temporada de verano.

La gastronomía y la hospitalidad de su gente son dos de los mayores atractivos de la capital oscenses para los visitantes, según comentó ayer la técnico de Turismo Sonia Blanco, "a pesar de la incertidumbre que causan las reservas de última hora, una tendencia cada vez más habitual, especialmente en los puentes festivos". "Huesca ya no es tanto una ciudad de paso como antes y los turistas se llevan una grata impresión", añadió.

Los meses con mayor número de consultas en Turismo fueron agosto (18.926) y abril (12.685), seguidos de septiembre (11.318) y octubre (11.064). Del total, 74.249 consultas fueron presenciales –5.067 más que en 2016- y el resto por teléfono y correo postal y electrónico. Un total de 29.768 personas participaron en las visitas guiadas –3.159 más– y 1.676 utilizaron el bus turístico que recorre el entorno en verano y los puentes festivos, lo que supone 434 usuarios más.

A este respecto, Sonia Blanco destacó que se ha notado un incremento notable en las visitas guiadas de los sábados desde que el Huesca ascendió a la Segunda División de fútbol. "Hay muchos aficionados que vienen el sábado para ver a su equipo y participan en ellas", indicó la técnico de Turismo. "Tenemos un convenio con el club", añadió.

En cuanto a la procedencia, el 88% fueron turistas nacionales. Siguen predominando los aragoneses pero el año pasado los visitantes madrileños casi igualaron en número a los catalanes, con unos 14.800 turistas, en ambos casos. Les siguieron los valencianos, andaluces y vascos. Francia se mantiene como primera procedencia del turismo extranjero, con 7.049 personas, seguida de Alemania, Holanda, Reino Unido, Bélgica e Italia. Aunque también llegaron visitantes de países más lejanos, como Australia (79), Canadá (91), Argentina (239), Japón (136) y México (133).

Los monumentos que más llaman la atención a los visitantes son la catedral, San Pedro el Viejo y, últimamente el Casino. Además, muchos turistas de provincias próximas llegan a Huesca atraídos por su gastronomía. La demanda de una mayor oferta de platos típicos de la zona en los restaurantes oscenses es recurrente por parte de los turistas, que consideran que, con tres estrellas Michelin en la ciudad, abunda la "cocina demasiado elaborada". Aún así, son muchos los que se desplazan a la capital oscense para comer "y pregunta, sobre todo, por las tapas".

La cocina

La concejala de Turismo, Yolanda de Miguel, anunció que este puente de San Vicente, copatrón de Huesca, la casa consistorial se abrirá a los oscenses para que conozcan la zona noble del Ayuntamiento. Serán visitas gratuitas que tendrán lugar el sábado 20 y el domingo 21 a las 11.00 y el lunes 22 a las 17.00. El aforo está limitado a 50 personas en cada pase y los interesados deben reservar su plaza en la Oficina de Turismo o en los teléfonos 974292170 y 974292153.

En estas visitas se podrá conocer el antiguo salón de plenos, la sala rosa, el salón del Justicia, el despacho noble de Alcaldía y la recién recuperada cocina aragonesa, que se ha restaurado en la planta baja del Ayuntamiento. Este rincón, que ha estado cerrado durante los últimos diez años y que entre 2004 y 2007 solo se abrió excepcionalmente, cuenta con objetos originales de cuando se habilitó en 1944 como las cadieras, el cremallo, una colección de coberteras y las piezas de cobre que están sobre la chimenea.

La antecocina tiene un aparador modernista de principios del siglo XX, una silla y un reloj obra de Martín Alsina, primer relojero que abrió un establecimiento especializado en Huesca en los años treinta del siglo XIX. Y en el hogar central se pueden observar elementos tan curiosos como un guardafuegos de forja, un caldero, parrillas fija y giratorias, cazuela de hierro colado... A los lados hay dos banquetas y al fondo una colección de coberteras. .