La A-23 pisa el acelerador en Monrepós, pero aún siguen sin fecha 30 kilómetros hasta Jaca

El tramo entre Caldearenas y Lanave es el más adelantado (70% de ejecución) y se abrirá en primavera.

El futuro enlace de Lanave está ya muy avanzado y son perfectamente visibles las nuevas calzadas de la A-23.
El futuro enlace de Lanave está ya muy avanzado y son perfectamente visibles las nuevas calzadas de la A-23.
Rafael Gobantes

Atravesar Monrepós (N-330) por una autovía que ponga fin a los insistentes atascos que se producen en las operaciones salida y retorno de muchos períodos vacacionales a lo largo del año es una aspiración cada vez más cercana, por fin. Pese al retraso acumulado por la crisis económica, que mantuvo paralizadas durante tres años las obras de la A-23, en los últimos meses los tres tramos que quedan por terminar en la cara sur y norte del puerto parecen haber cogido velocidad de crucero y, si las previsiones de Fomento se cumplen, en la primavera de 2019 Monrepós al completo será autovía después de 12 años de obras y más de 400 millones de inversión.

Sin embargo, el buen ritmo de los trabajos de estos tres tramos de 19,2 kilómetros en total contrasta con la demora que acumulan los 30 kilómetros que suman el trazado desde Lanave a Sabiñánigo Oeste (20,6) y la variante de Jaca (8,6). Y es que ninguno de ellos está todavía licitado, aunque fuentes de Fomento aseguran que en el caso de dos de ellos (las variantes de Sabiñánigo y de Jaca) están ya en la "fase previa" a sacarlas a concurso. El mayor retraso lo sufren los proyectos Lanave-Jabarrella y Jabarrella-Sabiñánigo Sur ya que aún tiene que licitarse la redacción para fundir los dos trazados en uno «y una vez aprobado, iniciar el proceso de licitación de obras», señalaron también desde el Ministerio.

De los tramos del entorno de Monrepós, el más avanzado es el de Caldearenas-Lanave, 12 kilómetros que parten casi desde lo alto del puerto. La inversión asciende a 99,23 millones de euros y actualmente se encuentra al 68,4% de grado de ejecución. La previsión que sigue manejando Fomento es que se pueda poner en servicio esta primavera. Después de estar tres años paralizadas por los recortes, las obras se retomaron en mayo de 2014.

Para la calzada en sentido Huesca se aprovecharán los tres carriles actuales de subida en la cara norte, mientras que la calzada en dirección Jaca es enteramente de nueva construcción. En ella se incluyen una docena de nuevas estructuras, entre ellas dos espectaculares viaductos. El primero, de un llamativo color verde, cruza el río Guarga, tiene 350 metros de longitud y 45 de altura máxima y ha pasado ya las pruebas de carga. Y el segundo, que salva el barranco de Fontanal con 465 metros de longitud, se está acabando todavía de montar con un carro lanza-vigas. Los trabajos visiblemente más avanzados son los últimos 5 kilómetros donde las dos calzadas se vuelven a unir y donde ya se dibuja perfectamente la futura autovía.

Para que toda la cara norte de Monrepós sea autovía habrá que espera a que entren en servicio los 3,9 kilómetros entre el Alto de Monrepós y Caldearenas, que corresponderán al tramo inicial de bajada en dirección a Jaca desde la cima del puerto. Pese a ser solo un tercio de la longitud del tramo Caldearenas-Lanave, el coste de las obras es muy superior y alcanza los 119,70 millones ya que incluye un nuevo túnel de 2.885 metros, que se convertirá en el tercero de mayor longitud de la provincia. De ahí que aunque el grado de ejecución alcance también el 68,9% hoy por hoy, el plazo de entrega de las obras no esté fijado hasta dentro de casi año y medio: mayo de 2019.

Mientras, en la cara sur, el tramo Congosto del Isuela-Arguis tiene un nivel de ejecución mucho menor (36%) y su previsión de apertura es para marzo de 2019. En estos 3,3 kilómetros de están invirtiendo 60,97 millones de euros. Tras la excavación de un túnel de 900 metros, se están realizando labores de impermeabilización y revestimiento. Además, los trabajos se centran ahora en el enlace frente al Centro de Control de Túneles.

Y más al sur de la provincia, todo indica que 2018 será el año definitivo para iniciar por fin las obras del último tramo de la A-22 entre Huesca y Siétamo, el único que queda por desdoblar de los más de 100 kilómetros hasta Lérida. El proyecto se licitó en agosto con un coste de más de 69 millones de euros. El pasado día 21 se abrieron las 23 ofertas presentadas y en el primer trimestre del año que viene se adjudicarán. El cronograma del proyecto prevé poner la primera piedra en otoño y que estén finalizadas en el último trimestre del año 2021.

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