La magia del boli Bic azul

Paco Sierra utiliza el tradicional bolígrafo como herramienta de sus espectaculares obras.

Parecen fotografías por los detalles que muestran y la diferencia de tonalidades que reflejan, pero su color azul le delata: están hechos con boli Bic. Paco Sierra, que vive en la localidad altoaragonesa de Aínsa, utiliza este auténtico clásico en estuches y plumieres, para crear verdaderas obras de arte. Gatos de brillante pelaje, niños con sonrisas abiertas, o sugerentes siluetas femeninas protagonizan sus cuadros, que guardan detrás muchas horas de laborioso trabajo.

“Había hecho pirograbados y tinta china, pero hace cinco años descubrí a través de internet esta posibilidad y decidí probar”, explica Sierra, que encontró así una forma de disfrutar ante el papel en un trabajo casi de relojero, que se lleva a cabo a partir de una fotografía. “Divido la imagen en partes y me centro en una, empiezo con poco intensidad y poco a poco voy subiendo tonos”, explica, y cifra hasta en cinco días de trabajo la realización de un cuadro de un tamaño aproximado de 30 centímetros por 40.

Pero a partir de esto, asegura que la práctica facilita mucho el proceso de creación. “Intento sacar tiempo a diario, aunque sea solo una media hora, porque eso hace que puedas darle más continuidad al dibujo”, explica, asegurando que para él es también una forma de relajación.

Los bolígrafos Bic presentan varias opciones de colores, pero el azul sigue siendo el preferido. “Más que nada porque es el más característico, ya que aunque tengo algunos dibujos con boli Bic negro, puede parecer que están hechos con lápiz o carbón. El azul es como más inconfundible”, puntualiza Sierra, aunque también dentro de los azules hay variantes, hasta el punto que asegura que cuando empieza una obra con un bolígrafo, tiene que acabarla con el mismo, ya que cada uno tiene su particular tonalidad. “Depende en gran parte de lo antiguo que sea, ya que estos bolis se hacen mezclando diferentes colores, y el tiempo hace que prevalezcan más unos que otros”, explica, ya como todo un experto.

También en papel tiene su preferido, habiendo encontrado unas cartulinas especiales para tinta como sus favoritas, “cada uno tiene sus preferencias y yo he encontrado la que me da mejores resultados y que no amarillea”, comenta.

Aunque el anuncio de Bic decía que un mismo bolígrafo servía para dibujar una línea de cuatro kilómetros, su tinta completa siete u ocho cuadros a la hora de trasladarlo al papel. “Es diferente, ya que la presión es menor a la que se realiza cuando se escribe, y por tanto, menor el consumo de tinta. Así, en contra de lo que pueda parecer, no se suelen gastar muchos bolígrafos”, puntualiza Sierra.

En sus dibujos hiperrealistas, reconoce tener motivos preferidos, especialmente aquellos con más detalles y que le permiten detenerse más y aplicar más matices. “Me gusta mucho dibujar a personas mayores, porque tienen más arrugas y puedes detenerte más hasta conseguir mostrar su expresión. En la de un niño no hay tantos detalles”, aclara. También los efectos de la ropa sobre la piel, o las manos son otra de las partes en las que más se puede recrear, “hay gente que también se dedica a esta técnica que encuentra problemas en las manos, pero a mí me gustan”, asegura Sierra. Lo que menos, los fondos de los cuadros, “es más repetitivo, más aburrido”, añade.

Entre sus encargos, prevalecen los retratos por encargo, ya que suponen un regalo muy original. “Habré hecho unos 18 o 19 en el último año”, dice, aunque también está preparando otros trabajos para varias exposiciones que tiene cerrada en los próximos meses, algunas de ellas en Francia.

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