Fiesta campestre y familiar en el cerro de San Jorge para cumplir la tradición junto a la ermita

Música, teatro y comidas en una jornada marcada en Huesca por el sol y el puente festivo, que restó algo de afluencia. El Ayuntamiento volvió a instalar la Zona Joven con agua y bocadillos para informar de los riesgos del consumo de alcohol.

Un grupo de familias con hijos de distintas edades bailan al son de la charanga antes de empezar a tomar el vermú en el cerro.
Un grupo de familias con hijos de distintas edades bailan al son de la charanga antes de empezar a tomar el vermú en el cerro.
R. Gobantes

El día de San Jorge tiene en Huesca ese algo mágico de las fechas que se esperan todo un año para hacer algo especial. En la capital oscense, el 23 de abril es sinónimo de cerro, familia y amigos, aunque los jóvenes han empezado a dispersarse por otros escenarios para hacer su propia fiesta. La coincidencia con el puente también mermó algo la afluencia a este enclave, en el casco urbano y coronado por la ermita dedicada al santo.

El templo sigue en obras y, por segundo año consecutivo, la misa se ofició bajo una carpa. Era el primero de los actos programados en el cerro, pero los oscenses empezaron a llegar mucho antes. El hijo de Carmen Broto madrugó para llegar a las 7.30 y coger la mesa de piedra, junto a los bancos, en la que cada año se instala varias generaciones de la misma familia. "Vengo al cerro desde los seis años y tengo 75", decía ella con orgullo y rodeada de hermanos, hijos, sobrinos, cuñados, nietos... hasta casi 50 que iban llegando a lo largo de la mañana portando neveras, sillas de campo y bolsas de comida.

Las viandas nunca faltan en la fiesta del cerro porque ahí se toma el desayuno, el almuerzo, el aperitivo, el primer plato, el segundo, postre y café. Y lo que venga detrás. "Ahora, con el whatsapp, nos ponemos de acuerdo para ver que trae cada una, y además de para nosotras, para invitar ", decía una de las chicas del grupo San Jorge, que integra a 16 mujeres entre los 70 y los seis años. Hace tiempo que se reúnen para celebrar en el cerro la fiesta de San Jorge, el Día de Aragón y, en especial, el cumpleaños de María Barreu. La intención de todas, como siempre, era pasar en la explanada todo el día con la alegría puesta, como demostraron bailando al son de la charanga Chilindrón y bajo el sol.

Bocadillos y agua

Mantas, balones, columpios en los árboles y cometas transformaron el paisaje. Poco a poco empezaron a llegar también los jóvenes, algunos venían desde casa y otros, directamente y sin dormir desde las fiestas de Tierz, población cercana a Huesca donde la madrugada del domingo estuvo de lo más animada y concurrida. Algunos de ellos pidieron enseguida un bocadillo y agua en la Zona Joven, espacio que desde 2008 se coloca en la parte donde se concentran los grupos de amigos para informar del programa ‘Alcohol: conoce tus límites’.

La bebida estuvo asociada a la fiesta del cerro muchos años, "pero eso no era bueno", reconocían los mayores de un grupo de siete familias que junta a 30 personas y se reúnen allí desde hace varios años. Los padres de los Merino, Capablo, Arteaga... llegaron a las 10.00 para coger el sitio. "Las mujeres y los niños vienen con la caminata que sale de los Porches", comentaron. Vermú variado, comida a base de tortilla, ensaladilla y macarrones y guiñote hasta las 20.00. Ese era el plan, teniendo en cuenta la hora del partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona porque "no hemos traído tele portátil".

Este grupo sabe los años que lleva acudiendo al cerro porque "contamos los árboles nuevos". Son los que plantan los participantes de la Jorgeada de Aragón, una andada nocturnas desde Palacio de la Aljafería de Zaragoza hasta la ermita de San Jorge organizada por la A.D. Os Andarines de Aragón y que ha cumplido su XVI edición.

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