La flor del cerezo tiene una especial simbología en Japón, en la cultura del país nipón y para los samuráis, por eso es el árbol elegido por la asociación Ecologistas en acción de Huesca para conmemorar el aniversario del desastre nuclear que tuvo lugar en Fukushima hace seis años. Desde entonces, la agrupación se ha reunido cada 11 de marzo en el parque del río Isuela, en la calle Balsas de Chirín, para plantar un ejemplar de cerezo como forma de denunciar los riesgos de este tipo de energía, así como de impulsar otros métodos más limpios y seguros. Este viernes cumplieron con esta tradición, en la que estuvieron presentes otros desastres de este tipo anteriores, como los de Harrisbur o el de Chernóbil.

“Nuestros objetivos son los de no olvidar y mostrar que no necesitamos la energía nuclear para vivir. Nos sentimos parte de un movimiento social muy amplio, y eso nos motiva, seguros de que veremos alcanzada nuestra meta”, explicaron desde Ecologistas en Acción, haciendo referencia a los actos de este tipo que se han sucedido en muchas partes del mundo en estos días.

“La realidad es que seis años después, las víctimas de Fukushima siguen aumentando. Una amplia zona, donde vivían miles de personas, seguramente será inhabitable para siempre. La radiación continúa produciendo mutaciones y matando a los organismos vivos”, apuntan con respecto a este último gran desastre nuclear. “Todavía no se puede entrar en el interior de los reactores dañados, porque en unas horas se recibe una dosis mortal. Los vertidos no se han detenido y la acumulación de residuos radiactivos letales desborda todas las previsiones iniciales. La herencia perdurará miles de años”, concluyen.

En esta ocasión fueron cuatro los ejemplares de cerezo que plantaron una decena de oscenses de todas las edades. “Hemos repuesto uno que no sobrevivió y otros dos que fueron sustraídos, ya que habían echado raíces y tenían muy buen aspecto”, explicaba Chesus como miembro de la asociación durante la plantación. Varios carteles sobre su significado acompañaban los finos troncos de estos árboles en esta zona muy frecuentada para el paseo y en la que desde Ecologistas en acción han llevado a cabo diferentes plantaciones ya desde los años 80.