Un nicho del cementerio de Huesca recibe una postal desde Suecia

Tres empleadas de Correos entregaron el envío junto con un clavel "porque era un gesto con tanto cariño que merecía llegar a su destino".

Imagen de archivo del cementerio de Huesca
Imagen de archivo del cementerio de Huesca
Heraldo de Aragón

Un nicho del cementerio de Huesca recibió el pasado viernes una postal enviada desde Suecia. Por sorprendente que parezca, no se trataba de una broma macabra ni mucho menos sino de un emotivo gesto de un grupo de amigos de la persona fallecida cuyos restos descansan en el camposanto oscense.

"Podría ser el comienzo de una novela que narrara una historia maravillosa porque tener a alguien que se acuerde tanto de ti incluso después de fallecer quiere decir que has dejado una buena huella", afirma Begoña Lamarca, una de las protagonistas de esta historia junto con Carmen Monesma y otra compañera de trabajo que prefiere guardar su nombre en el anonimato. Las tres estaban clasificando cartas manualmente en la delegación de Correos en Huesca cuando de repente se toparon con una carta enviada al cementerio.

Al inspeccionarla más a fondo, vieron que contenía un emotivo mensaje y que el remitente, en lugar de apuntar las habituales señas de la calle, el número de portal, el piso o el código postal, había anotado muy claramente un número de lápida, del grupo e incluso había añadido el detalle de que el nicho se encontraba "al lado del antiguo cementerio civil". Les impactó tanto la historia que decidieron intentar entregarla. "No fue por morbo ni mucho menos, sino porque nos pareció un gesto maravilloso, lleno de cariño y digno de ensalzar", recalca.

"Las señas eran muy precisas"

Nada más salir del trabajo, las tres empleadas, todavía vestidas con su uniforme de Correos, pararon por el camino para comprar una flor en una floristería de Huesca, cuya dueña, al escuchar la historia, simpatizó tanto con ellas que decidió regalárselo.

A continuación se dirigieron al cementerio y tras seguir las indicaciones que había en la postal, llegaron a un nicho y comprobaron para su "sorpresa" que efectivamente uno de los nombres que aparecían en la lápida coincidía con el de la destinataria. "La verdad es que tardamos muy poco en encontrar el nicho porque las indicaciones que había puesto el remitente eran muy precisas. Por eso, pienso que la escribieron con la verdadera intención de que llegara y confiaron en Correos", afirmó.

Como habían pronosticado lluvias para el fin de semana, las tres trabajadoras tuvieron la precaución incluso de proteger la postal con un plástico y la pegaron con celo a la lápida para intentar evitar también que se la pudiera llevar el viento. Y por último colocaron el clavel. "Llevo veinte años trabajando en Correos y nunca había visto algo así, y tampoco ningún otro compañero por lo visto. Y además con una postal que estuviera tan bien dirigida porque hay infinidad de cartas que es imposible entregar porque la gente pone mal la dirección y tienes que devolverlas", recuerda Begoña Lamarca.

A los 6 meses se destruiría

La postal no contenía los datos del remitente por lo que no se podía devolver. De no ser por el celo de estas tres trabajadoras, una de las posibilidades hubiera sido entregar el envió al Ayuntamiento de Huesca como responsable del cementerio. Y si no, tal y como marcan los artículos 24 y 25 del Reglamento Postal, habría sido declarada sobrante por la imposibilidad de entregarla a su destinatario y habría quedado en depósito durante seis meses. Una vez transcurrido ese plazo, se habría considerado ya como un envío caducado y se hubiera procedido a su destrucción. "Sin ese cuidado que pusimos, no sabemos si hubiera llegado, pero creemos que lo merecía", dice.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión