Un padre condenado por abusar de su hija en el régimen de visitas no irá a prisión

La Audiencia de Huesca lo ha condenado a dos años de prisión y a 10 de alejamiento tras el acuerdo alcanzado entre las partes.

La Audiencia Provincial de Huesca ha condenado a un padre que abusó de su hija menor de edad a la pena de dos años de prisión, la privación definitiva de la patria potestad y la prohibición de aproximarse a ella durante 10 años a menos de 500 metros, ya sea de su domicilio o de cualquier lugar en que se encuentre, así como de comunicarse por cualquier medio directo o indirecto.

El fiscal llegó a solicitar para el acusado, vecino de Huesca y de 50 años, nueve años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales, así como una indemnización de 12.000 euros, mientras que la acusación particular pedía seis años. Finalmente hubo un acuerdo entre las partes que rebajó el castigo hasta los dos años, de forma que el autor de los abusos no tendrá que ingresar en la cárcel.

La sentencia especifica que el condenado es responsable de un delito de abusos sexuales "con la concurrencia de la circunstancia atenuante de reparación del daño". El hombre ha indemnizado a la menor, a través de su tía, a cuyo cuidado está la niña desde el fallecimiento de su madre en el año 2011.

Tras un régimen de visitas "de cumplimiento mas que irregular", según la sentencia dictada por la Audiencia, en el verano de 2013 se suspendió. Los contactos entre el padre y la hija se reanudaron en octubre de ese año, por resolución judicial. Un magistrado determinó que debían llevarse a cabo cada 15 días, los sábados de 10.00 a 18.00.

Los hechos probados del fallo del tribunal provincial detallan que desde que se reanudaron las visitas con el progenitor, la menor manifestó un cambio de comportamiento y de humor, "con expresiones poco acordes a su edad y su nivel de desarrollo con llanto, dolor, agresividad, desorden alimentario, trastornos del sueño, miedos e inseguridades", conducta que no había mostrado antes.

Señala que en un visita el 9 de noviembre de 2013, el acusado, acompañado de un amigo, llevó a la menor a un lugar no determinado donde le hicieron una fiesta y la disfrazaron de princesa. Al volver con su tía materna, además de cambios de ánimo presentó dolor al orinar que motivó que acudieran al médico.

En otra visita, un mes después, regresó a casa con nuevos dolores en la zona vaginal siendo diagnosticada por el servicio de Urgencias de vulvovaginitis. Ya en las de enero y febrero de 2014, volvió con la zona genital enrojecida. A raíz de esto, un juzgado limitó los contactos con el padre a tres horas en el Punto de Encuentro Familiar de Huesca. Pese a ello, la menor seguía mostrando conductas extrañas, hasta que finalmente la Justicia estimó conveniente acordar la prohibición de aproximación del acusado.

"Cosquillas malas"

La sentencia reconoce que durante el régimen de visitas libre, entre octubre de 2013 y febrero de 2014, el acusado "realizó tocamientos de naturaleza sexual a la menor, acostándose con ella en la cama desnuda" y haciéndole lo que la niña definía como "cosquillas malas" por su cuerpo, "tocándole el culo y la zona genital".

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