Niebla, hielo y nieve a cámara rápida en el invierno de la Hoya de Huesca

Un vídeo en ‘time lapse’ muestra el paso de esta estación por la comarca altoaragonesa.

La niebla ocupa la Hoya, en un fotograma del vídeo.
La niebla ocupa la Hoya, en un fotograma del vídeo.

“En el solsticio de invierno, cuando el sol está en lo más alto de la bóveda celeste, un rayo de sol se cuela por una jamba, iluminando el único capitel figurado de los doce que hay en el templo dedicado a Santiago en Agüero”. Así presenta el fotógrafo Mario Carpi la primera escena del ‘time lapse’ en el que junto a Raquel Cubero presentan el paso del invierno por la Comarca de la Hoya de Huesca. Este montaje, que acaban de lanzar, se suma al proyecto que llevan a cabo de la mano del Departamento de Turismo comarcal con el fin de mostrar los diferentes encantos de este territorio durante todo el año.

La técnica de la fotografía ‘time lapse’ se basa en unir muchas imágenes tomadas desde un punto fijo y con un intervalo de tiempo muy pequeño. Posteriormente se presentan de manera seguida, llegando a mostrar movimiento, asemejándose casi a un vídeo. Por ello, la pareja de fotógrafos llevan todo un año recorriendo los diferentes parajes de zona de la Hoya en busca de diferentes rincones desde los que reflejar la belleza del paso del tiempo en los paisajes altoaragoneses.

En este caso es el invierno el protagonista de los dos minutos y medio que dura el vídeo, en todo un “recorrido entre niebla y cencellada, nieve y hielo”, explica Carpi a la hora de señalar las características de este enorme trabajo de captura y edición.

La ya citada iglesia de Agüero al amanecer en el monte de Aniés, la salida del sol entre la niebla en la colegiata de Bolea, el barranco de Paternoy helado, la estrella polar sobre el castillo de Montearagón o la ciudad de Huesca en una jornada con nieve, son algunos de los parajes que se muestran en el vídeo. “Hemos buscado los parajes en los que el invierno deja su marca de manera más particular”, explican. Y es que los autores han vuelto a realizar una gran labor de reconocimiento de localizaciones, ya que aunque admiten que los parajes más característicos de la zona como el Castillo de Loarre o los Mallos de Riglos representan una apuesta segura, la comarca esconde otros rincones de gran belleza que se descubren a veces casi por casualidad.

La pareja se encuentra ya recorriendo nuevos parajes para encontrar los más adecuados con los que mostrar la llegada de la primavera. La floración de los árboles se convierte en uno de los grandes atractivos a la hora reflejar los efectos de la subida de las temperaturas en la Comarca de la Hoya.

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