Una guardería en Etiopía, nuevo logro de la asociación oscense Entarachén-Vols

La ONG ha llevado a cabo el proyecto dentro de su objetivo de apoyar el desarrollo de las mujeres en el país.

Una guardería en la ciudad etíope de Zway
Guardería en la ciudad etíope de Zway
Enterachén-Vols

En la ciudad de Zway, 160 kilómetros al sur de Addis Abeba, el antiguo edificio dedicado al cuidado de niños, de techos de láminas y ambiente oscuro ha dado paso a una bonita guardería, con colores cálidos y llena de adornos. “La inauguración de esta nueva estructura ha hecho que las señoras valoren también la necesidad de que sus hijos se muevan en ambientes adaptados para ellos y agradables, que les proporcionen un entorno seguro y estimularse donde educarse y divertirse”, valora Teresa López, voluntaria de Entarachen-Vols, la ONG oscense que opera en Etiopía y que ha conseguido que esta nueva guardería sea una realidad.

Este proyecto se englobaba dentro del WID Proyect (Women In Development o Mujeres en Desarrollo), con el que se pretende crear las condiciones necesarias para la incorporación al mercado laboral de las mujeres vulnerables, además de apoyarlas para el cuidado y la educación de los niños y niñas, tanto los que todavía no van a la escuela como aquellos que ya reciben una educación formal pero no tienen con quién quedarse en los ratos sin clase en los que sus madres trabajan. Teresa López coordina este proyecto, “en el que nuestro principal objetivo es conseguir condiciones de vida autosuficientes y dignas para mujeres vulnerables de la ciudad de Zway, situada en la región de Oromia, al sur de Addis Abeba, la capital de Etiopía”, explica López.

“En el caso de nuestras beneficiarias, la mayoría son madres solteras, que en algún caso tienen a su cargo incluso a familias numerosas, y que ahora tienen un sitio seguro donde dejar a sus niños, no solo atendidos, sino participando en actividades educativas y de entretenimiento. Esto puede suponer para ellas la diferencia entre trabajar y ser autosuficientes o no serlo en absoluto”, añade la voluntaria con respecto a este último proyecto.

Son 50 niños desde los 2 a los 10 años los que se benefician directamente, pasando allí distintos momentos del día para que sus madres puedan realizar trabajos también fuera del hogar. “Somos un proyecto pequeño, 130 beneficiarias en total, pero muy centrado en proporcionar a cada una de ellas un recorrido de vida realista. Priorizamos la atención personalizada a los grandes números asistenciales. Es muy gratificante ver que las instituciones comparten este enfoque de calidad de los servicios ofrecidos, incluso en condiciones muy precarias”, concluye la coordinadora del proyecto.

La iniciativa se ha llevado a cabo gracias a la implicación de diferentes instituciones altoaragonesas mediante ayudas y subvenciones. Así, la DPH concedió al proyecto 13.000 euros dentro de su convocatoria de Ayudas al Desarrollo 2015; el Ayuntamiento de Huesca aportó 5.300 euros, y la DGA colaboró con los equipamientos necesarios, en un valor en torno a los mil euros, como parte de la financiación concedida a las actividades del WID Proyect.

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