Fomentar la igualdad desde el escenario

El brasileño Augusto Boal fue el impulsor del Teatro del Oprimido, como manera de señalar situaciones de opresión y conflicto, en busca de una resolución para ellas. Ahora, en el campus oscense de la Universidad de Zaragoza toman esta forma de teatro social para denunciar situaciones sexistas que se dan en la vida diaria de sus alumnos y que en muchos casos pueden estar totalmente normalizadas.

Así lo explica Inma Cáceres, encargada de impartirlo junto a Silvia Olivas, ambas del Colectivo TO. Este viernes se llevaba a cabo la primera sesión en la facultad de Ciencias del Deporte, dentro de las actividades organizadas desde el área de Igualdad del Ayuntamiento de Huesca con motivo de la celebración el próximo día 21 del Día Internacional contra la Violencia de Género.

“Aunque sí que es verdad que esta generación que parece tener muy claro la necesidad de la igualdad, hemos incidido en esos ‘micromachismos’, que son las situaciones que esconden un conflicto pero que en muchos casos no llegamos ni a detectarlo”, explica Cáceres.

Así, divididos en tres grupos, cada uno planteó una situación, vivida por ellos mismos en algún momento de su vida, en la que se había producido una situación de desigualdad. “Iremos trabajándolo en las siguientes semanas y elegiremos una. Luego plantearemos como una especie de fotografía de la escena para que sean los propios espectadores los que establezcan situaciones y reflexiones al respecto, respetando así la filosofía del Teatro del Opresor”, aclara la encargada del taller. Por ello, además de las sesiones de trabajo en el aula, esperan poder representarlo con público para encontrar una resolución.

Antes de llevar a cabo su primera toma de contacto con la escena, el mismo viernes por la mañana, los alumnos asistieron a la presentación del programa ‘Por los buenos tratos’, también dentro del trabajo municipal por la Igualdad.

La educadora social María Antonia Caro y la psicóloga Macarena Pérez Raposo fueron las encargadas de dirigirse primero a los universitarios y ya por la tarde al público en general para explicar este proyecto de la organización Acción en Red que persigue la erradicación del sexismo y la violencia a través de la acción colectiva y la implicación ciudadana.

“La charla de antes nos ha servido para poder detectar mucho mejor esas situaciones que teníamos que denunciar a través del teatro y para darnos cuenta que cualquier persona puede caer en algún momento en una conducta violenta, pero que hay que saber ser conscientes de estamos teniéndola”, explica Cáceres, que apunta a que lo que más han señalado estos jóvenes, de entre 18 y 22 años, es en el exceso de control y en los celos como algunos de los mecanismos que más se reproducen en las parejas jóvenes. “Los teléfonos móviles especialmente pueden llevar a una dependencia excesiva que se llega a confundir erróneamente con una prueba de amor”, señala la encargada de Colectivo TO.

También algunos roles que se tienen interiorizados por las figuras femeninas y masculinas esconden detrás situaciones de ‘micromachismos’. “Ellos mismos han denunciado que se trata de algo educacional, que se transmite de generación en generación, que los hombres tienen que tener papeles más protectores y de mando, y las mujeres de cuidado y de sumisión, pero que hay que romperlos”, explica. Estas serán algunas de las escenas en las que trabajarán en los talleres, que se llevarán a cabo en sucesivas semanas.