Una idea ganadora que puede salvar la vida de muchas mascotas

La empresa Carbon Shark Veterinaria resultó vencedora del concurso Elevator Pitch del Salón del emprendimiento de Huesca con un instrumento para monitorizar a los animales.

José Alberto Moreno recibe el premio de la consejera de Economía e Industria, junto al alcalde de Huesca y el director provincial de Bantierra.
José Alberto Moreno recibe el premio de la consejera de Economía e Industria, junto al alcalde de Huesca y el director provincial de Bantierra.
Rafa Gobantes

Si algo se ha repetido en el Salón del Emprendimiento de Huesca, que cerró una nueva edición este viernes, es que una buena idea aparece cuando menos te lo esperas, solo hay que saber detectarla y cultivarla. Es lo que le ocurrió al zaragozano José Alberto Moreno, de la empresa Carbono Shark Veterinaria, cuya semilla nació de algo tan poco agradable como el fallecimiento de una de las mascotas de la familia, Nala, que da nombre al proyectó que presentó en la cita oscense y que le hizo merecedor del primer premio en el concurso de ideas Elevator Pitch.


“Mi perrita Nala falleció en junio del año pasado por varias enfermedades. Entonces me di cuenta de que el diagnóstico podría haberse adelantado con algunas pruebas, lo que me hizo ver la importancia de acudir al veterinario y de intensificar las pruebas para prevenir algunas patologías”, relataba el propio Moreno tras conocerse que su propuesta era la vencedora entre las ocho ideas presentadas al concurso. En este caso, el dispositivo iría enfocado a las clínicas veterinarias, “porque entendemos que el coste del producto es muy elevado para el uso que realmente le va a dar el dueño de la mascota, a no ser que el animal tenga una patología cardíaca”, añadió.


El dispositivo Nala ECG/EKG se trata del primer hólter específico para el sector veterinario, que permite monitorizar a los animales. “Nos dedicamos al desarrollo de sistemas médicos para el control de la salud del animal. En el caso del presentado aquí, son dispositivos interconectados que permiten monitorizar el corazón del animal, para conocer cualquier posible incidencia y conocer esa información desde cualquier dispositivo y lugar gracias al uso de tecnologías móviles”, explicó Moreno.


Este proyecto se convirtió en una realidad en julio de este mismo año, con una inversión inicial de 180.000 euros, aunque desde entonces no ha dejado de crecer, siendo merecedor de varios premios y de representar a Europa en Taiwan en una cita del sector veterinario.


“Poder presentarlo en Huesca, que es casi como mi segundo hogar, supone no solo darlo a conocer oficialmente en mi tierra, sino también poder seguir adelante con las gestiones, tanto por el apoyo económico que supone el premio, como por la oportunidad de presentarlo ante las instituciones”, comentaba su creador.


Esta era la segunda vez que José Alberto Moreno se enfrentaba al jurado de ese concurso, ya que en la edición del pasado año presentó un proyecto de bicicleta inteligente, también con la firma Carbon Shark, que utiliza una tecnología similar a la de la idea ganadora de este año. “Es un dispositivo que se integra dentro de la bicicleta y que permite localizar el vehículo mediante cualquier teléfono móvil, además de controlar otros aspectos sin necesidad de más dispositivos. Hay un segundo modelo, que mide más funciones físicas del usuario de la bicicleta, y allí es de donde extrajimos la parte del electrocardiograma que hemos utilizado en este nuevo proyecto, simplemente adaptándolo al uso con animales”, explica.


El medio natural y el entorno estuvieron muy presentes en el resto de proyectos presentados, con ideas muy variadas, que hicieron decidirse al jurado entre una aplicación que detectara lugares adaptados para los discapacitados, rutas guiadas por los pueblos abandonados de la provincia, cultivo y venta de agricultura ecológica o servicio de impresión 3D para empresas, entre otras.


El concurso Elevator Pitch sirvió para cerrar la quinta edición del Salón de la Innovación y el Emprendimiento de Huesca, que este año se dedicaban a la comunicación, y que en su última jornada contó también con el periodista deportivo Sergi Mas, el director de comunicación del Comité Olímpico Español, José María Bellón, o el que fuera jefa de prensa de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, Pedro Palacios.

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