La tranquilidad de las familias y la seguridad de los enfermos, en el bolsillo

Los dispositivos LoPe permiten localizar mediante GPS la posición de aquellos que lo portan.

Un señor con el dispositivo en el cinturón.
Un señor con el dispositivo en el cinturón.
Alzhéimer Huesca

“Es un servicio espectacular, que ha cambiado a mejor nuestra vida, ya que hemos ganado en mucha tranquilidad”, asegura Trini Bosch respecto al dispositivo LoPe, que porta su padre, que padece Alzhéimer. Este aparato, utilizado para dotar de seguridad a las personas con trastornos cognitivos, permite saber en todo momento la posición de aquel que lo lleva encima, y así con una sola llamada al centro de Cruz Roja en Walqa, las familias pueden conocer la posición y movimientos del enfermo. Su tamaño es incluso menor al de un teléfono móvil, pero como señala Bosch, la seguridad que aportan no se puede cuantificar, ya que alivia la angustia del paciente al verse desorientado y puede incluso salvar vidas al permitir inmediatamente encontrar al desaparecido.


El dispositivo va dirigido tanto a personas cuyas dolencias que puedan llevarles a desorientarse. La capital oscense fue pionera en Aragón en el año 2008 en la puesta en marcha de este sistema que gestiona Cruz Roja con la colaboración de la asociación Alzéheimer Huesca. Actualmente son ocho los usuarios que disponen de uno de estos aparatos, aunque en estos ocho años han aprovechado sus ventajas un total de 38 familias.


Funciona como un teléfono vía satélite, y está pensado para enfermos que se encuentran en la primera fase, cuando todavía tienen cierta autonomía y salen solos a la calle, como es el caso del padre de Trini Bosch, aficionado a salir a caminar, lo que suponía un quebradero de cabeza para sus familiares antes de tener el dispositivo, ya que se desorientaba con frecuencia, además de suponer un riesgo para su seguridad. “Vivíamos en una angustia porque además se negaba a que lo acompañáramos, quería ser autónomo. En la Asociación de Alzheimer nos hablaron de este servicio y fuimos a Cruz Roja. Desde que lo lleva estamos encantados porque ahora si vemos que tarda en volver, llamamos y en Cruz Roja nos dicen dónde se encuentra. Según su posición ya sabemos que viene de regreso por el camino correcto o vemos que va por otro trayecto y lo vamos a buscar”.


Pero el servicio va más allá, ya que permite fijar un perímetro por el que el usuario se mueve habitualmente dentro de la ciudad y establecer un aviso en el caso de que este atraviese sus límites. También saltaría una alarma si se moviera a una velocidad demasiado rápida, superior a los 45 kilómetros por hora, lo que indicaría que se ha subido a un vehículo, o en el caso de que se registrara un movimiento brusco en vertical, indicio de una posible caída.


Además, durante el verano, la familia se traslada a una localidad catalana, de donde proceden, y el servicio se hace extensible también a allí. Para ello solo tienen que avisar del cambio de residencia, y desde Huesca siguen controlando los movimientos del usuario. Bosch solo tiene buenas palabras para este dispositivo, que cambió su vida hace seis años, “el servicio es inmejorable. Además, si por cualquier circunstancia el aparato se estropea, como le ocurrió a mi padre que accidentalmente lo mojó, enseguida tienes otro terminal. De verdad que todo son facilidades en Cruz Roja y ventajas”, concluye.

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