La sequía se ceba también con el Pirineo y afecta a las setas, los pastos y las fuentes

Los bosques ofrecen una imagen otoñal y la falta de lluvias amenaza algunos robledales.

Colores más propios del otoño en un bosque en Llanos del Hospital (Benasque).
Colores más propios del otoño en un bosque en Llanos del Hospital (Benasque).
Jorge Mayoral

Jornadas micológicas aplazadas, ganado subiendo a pastos más altos para encontrar comida o escasez de agua en los acuíferos. Son algunas consecuencias de una sequía que también está afectando a la zona más húmeda de Aragón, el Pirineo, donde hasta el paisaje ha cambiado de color y los ocres van ganando terreno al verde.


La Agencia Estatal de Meteorología habla de un verano inusual en el norte de la Comunidad. El mapa de vigilancia de la sequía de julio señala el Pirineo, junto al sur de Teruel, entre las zonas menos húmedas de la península. Agosto mantuvo la tónica y solo se registraron lluvias, escasas, el 15 y el 16, y lo que es peor, no se espera un cambio en breve, según el delegado de la Aemet en Aragón, Rafael Requena.


La ausencia de precipitaciones ha venido acompañada de temperaturas también poco habituales. Casi todas las estaciones meteorológicas del Pirineo han registrado máximas por encima de 30 grados e incluso los refugios de montaña superan los 20, sin bajar de los 10. En Pineta (Bielsa) se han alcanzado en los últimos días 32 y en Astún, 27.


Esto tiene consecuencias en los bosques. Una muy directa, la ausencia de setas. La Asociación Micológica Sarllé, de Cerler, ha tenido que aplazar las jornadas Micológicas programadas entre el 6 y el 11 de septiembre, que espera poder retomar. También está afectando al ganado, de forma que las vacas suben a puertos más altos para encontrar hierba. Los ganaderos hablan de un verano "extremadamente seco". En la Ribagorza, el lunes está previsto el traslado de 700 vacas desde la zona de Ardonés al valle de Estós en busca de nuevos pastos. No ha habido que variar las fechas y confían en que no falte comida, pero un riesgo derivado de la sequía es que el terreno, muy empinado, está más resbaladizo y aumenta el peligro de bajas, por lo que los vaqueros usan menos los perros para azuzar a las reses.


También el paisaje sufre modificaciones. El ibón de Plan tiene este verano menos agua y en el vecino municipio de San Juan de Plan, el Ayuntamiento ha emitido un bando para llamar a un consumo responsable y ha fijado turnos para el riego de las huertas. Se suministra de una fuente, este año con menos caudal. "La gente mayor dice que no habían visto un verano tan seco", comenta la alcaldesa, Isabel Guillén. El segundo corte de hierba en los prados se hacían para estas fechas, cuando ya llegaba por la rodilla, pero este verano escasea.


La estampa otoñal de los bosques, con hojas amarilleando y cayendo ya las ramas, se evidencia especialmente evidente en muchos robledales de la Ribagorza. El del Puente de Montañana está en peligro de desaparición. "La pérdida de las hojas se produce por la falta de agua y es una medida de defensa", explica José Périz, dueño de una masía de este municipio junto a un robledal herido de muerte. Señala que si la sequía dura una temporada o dos el árbol no sufre más allá de la detención de su crecimiento. El problema se produce cuando el estrés hídrico se prolonga. "Desde hace 7 o 8 años vemos cómo se van muriendo los robles, incluso los más viejos y resistentes, y están siendo desplazados por las carrascas", explica. En su opinión, un síntoma evidente del cambio climático.


No obstante, Périz subraya el carácter "extremo" de la sequía de este año que hace que, en pleno verano, los robles más jóvenes pierdan sus hojas o en que los bojes estén "quemados y agostados". Algo que también ocurre en otros puntos más altos y frescos de la Ribagorza. José María Ciria, presidente de la Asociación Turística Valle de Benasque, afirma no recordar una sequía "tan tremenda" en este territorio, con uno de los índices de pluviometría más altos de España, y confirma que también aquí sufren los robledales. Al igual que en Puente de Montañana, muchos del entorno de Benasque han empezado a perder sus hojas provocando una imagen falsamente otoñal.

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