Toboganes hinchables, troncos locos, piscinas de bolas pusieron a prueba este sábado por la noche a los valientes que se atrevieron a desafiar a las vaquillas en la celebración del Gran Prix oscense. Como si del mítico programa de televisión veraniego se tratase, ocho grupos compitieron para llevar a cabo las diferentes pruebas que les propuso la organización.

Los jóvenes tuvieron que disfrazarse, completar desafíos de destreza o bucear en piscinas de bolas para conseguir alzarse con el premio a los más habilidosos, además de arrancar las carcajadas entre un púbico mayoritariamente familiar.

La velada contó con animación musical y estaba enmarcada en la programación del prelaurentis. La empresa Albahaca y Plata fue la encargada de la organización del evento.