Faros de láser, tapicerías en piel de colores imposibles y cilindradas no aptas para límites de velocidad, al igual que su precios no lo son para todos los bolsillos. La feria Expoauto de Huesca ha ofertado durante todo el fin de semana las mejores oportunidades en vehículos de ocasión, pero también ha reservado espacio para los coches de más alta gama, por los que poco se han interesado para adquirirlos pero sí han sido los que más fotografías han acaparado.

“El cliente que puede tener interés por este tipo de vehículo no es de feria, sino que acude al concesionario en busca de una atención más personalizada”, explica Javier Cabrero, de Hermanos Cabrero, que cuenta con el coche más caro de la exposición, un BMW 730 con un precio que ronda los 114.000 euros. La lista de prestaciones del vehículo se convierte en innumerable, por el contrario, las ventas de este tipo de automóviles en la provincia a lo largo de un año se cuentan por unidades. “Suelen ser empresarios que hacen muchos kilómetros y buscan la comodidad y la seguridad que ofrecen este tipo de modelos”, explicaba Cabrero.

Algo similar al Mercedes Clase S que es la pieza más cotizada de la zona reservada para esta marca. “Su precio original es de 110.000, pero en el caso de este, con 18.000 kilómetros, cuesta 82.000”, explica Juan Carlos Castán, del concesionario Motor 2002. Una rebaja de 30.000 euros, que suponen casi el doble del precio medio de los vehículos que se venden en la feria oscense.

En Automóviles Sánchez plantean la apertura de un concesionario Maserati en la ciudad, por ello llevaron a la feria un modelo de la marca, valorado en 92.000 euros, y cuya mítica corona era de lo más fotografiado. “Son vehículos que llaman la atención porque no los ves a diario por la calle, pero sí tienen su público”, aseguraba Juan Pérez, del concesionario. Y es que el nivel de personalización de estos modelos se eleva a límites impensables. “Puedes elegirlo absolutamente todo, y la verdad que en acabados y calidades se nota que es un Maserati”.

Otra de las piezas que más llamaba la atención también se encontraba en su parcela de la exposición: un Mustang negro descapotable. “Creo que casi todos los que han pasado se han hecho foto con él”, bromeaba el vendedor. En ese caso dibujaba un perfil de cliente o joven o ya muy mayor. “Es como un capricho, ya que es biplaza y para las no se ajusta a las necesidades que pueda tener una familia”, explica. Su precio rondaba los 50.000 euros.

Al margen de estos vehículos, el balance que hacían de la cita a nivel general situaba sus ventas en cifras de ediciones anteriores, aunque los cambios de temperatura y la lluvia del fin de semana no han ayudado demasiado. “No hay mucha cultura de feria en Huesca”; lamentaba Javier Cabrero. Una opinión similar a la de Juan Pérez, de Automóviles Sánchez, que aún así consideraba que la próxima semana sería de intensa actividad en su establecimiento por los contactos surgidos de la exposición. “La feria la hacemos a diario en el concesionario, intentando ajustar al máximo los precios”, añadía Juan Carlos Castán, de Mercedes.