¿Puede ayudar a nuestros huesos tomar cerveza?

Lejos de lo que se puede pensar, por aquello de que es una bebida alcohólica, la cerveza puede tener efectos beneficiosos para la salud, en concreto para la de nuestros huesos. Dos cañas diarias es la dosis que fijan los expertos como adecuada para que los componentes de ésta puedan contribuir a la regeneración ósea. Así lo determina el estudio 'Acción de la cerveza sobre el hueso', llevado a cabo por el doctor Manuel Díaz Curiel, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas (FHOEMO), que visitó este viernes Huesca para impartir unas jornadas sobre la importancia de la alimentación y el papel beneficioso que puede tener el consumo de cerveza a la hora de mejorar la salud ósea y prevenir posibles enfermedades. Junto a él estuvo Jesús Román Martínez, profesor de nutrición de la Universidad de Madrid.

Una de las principales razones de ese efecto beneficioso de la cerveza para la salud es, según explicaron los expertos, su contenido en silicio, que aumenta la densidad del hueso, y por tanto, su resistencia, reduciendo el riesgo de tener una fractura. “Es una bebida acorde a la Dieta Mediterránea, ya que procede del cereal, uno de los pilares de este tipo de alimentación, además de tener un alto contenido de vitaminas del grupo B, así como muchos antioxidantes naturales y poco alcohol, que puede ser lo más negativo”; explicó Díaz, que extendió los beneficios de la cerveza ya no solo a la salud ósea, sino también a la cardiovascular, o a la del sistema inmunológico. Por todo esto, en el caso de la cerveza sin alcohol, su consumo es beneficioso en cualquier cantidad.

Los doctores también desmintieron una concepción muy habitual, la de que la cerveza engorda, desmontando el mito de la 'barriga cervecera'. “Tiene una aportación calórica muy baja, solo 14 calorías por caña en el caso de al cerveza sin alcohol, y 90 para las que sí tienen, que es una cantidad mínima dentro de una dieta normal de unas 1.500”, explicaron. Incluso aseguraron que varias investigaciones demuestran que puede favorecer la rehidratación de deportistas.

El objetivo de estas jornadas celebradas en la capital oscense, era favorecer la prevención de estas enfermedades, así como su diagnóstico precoz. “La actividad física, los hábitos de vida y sobre todo la alimentación que uno ha seguido a lo largo de la vida influye también en sus huesos, aunque es algo de lo que a veces nos olvidamos, ya que los posibles efectos aparecen a edades avanzadas”, advirtió el profesor Jesús Román, que explicó que estas afecciones eran más habituales en las mujeres, especialmente tras la menopausia. También el bajo peso, la obesidad, el abuso de alcohol o el tabaco son otros factores que pueden favorecer la aparición de afecciones óseas.

“Es muy importante, además, prevenir las enfermedades óseas sometiéndose a revisiones médicas, especialmente si hay antecedentes familiares”, añadió el doctor Manuel Díaz. Para ello, durante toda la mañana, cientos de oscenses pudieron someterse a una densitometría para calcular el nivel de calcio en sus huesos, y en función del resultado, recibieron los consejos de un especialista.

Ente las recomendaciones que más se repitieron estaba la de mejorar la alimentación, con más consumo de pescado azul, vegetales, lácteos y mariscos que garanticen el aporte de calcio, lentejas, patatas, plátano y espinacas que aseguren la cantidad de silicio, y cereales integrales, soja y salmón para tener vitamina D. Además, de ese consumo moderada de cerveza. Reforzar la práctica de ejercicio físico y evitar el sedentarismo se presentó como otro consejo clave para prevenir enfermedades óseas como la osteoporosis.

En las jornadas se pusieron en común algunos datos sobre la incidencia de las enfermedades óseas en la población española, que elevan a 3.000.000 los diagnosticados cada año de osteoporosis, la más común de las afecciones, y que tiene especial incidencia en mujeres. Aunque no necesariamente desembocan en fractura, la estadística demuestra que el 30% de las mujeres de más de 50 años sufrirán alguna. Entre estas, una de las más habituales y que más problemas causa, incluyendo en algunos casos el fallecimiento, es la de cadera, que el pasado año sufrieron 33.000 personas.