​Cardo y chilindrón para festejar un cuarto de siglo

La Escuela de Hostelería celebra su semana gastronómica, que cumplen la edición número 25 y se dedica a la cocina aragonesa.

Los alumnos de la Escuela de Hostelería han vivido la semana gastronómica con gran ilusión
Los alumnos de la Escuela de Hostelería han vivido la semana gastronómica con gran ilusión
R. C.

Cucharones y tenedores de madera con los colores de la bandera de Aragón sirven de hilo conductor para la decoración que estos días adorna el salón principal de la Escuela de Hostelería San Lorenzo de Huesca. El centro formativo celebra su semana gastronómica, que cumple su edición número 25, y lo hace con un homenaje a la cocina aragonesa y a la propia historia de esta cita culinaria, ya que en su primera edición la temática elegida fue la misma. “El tema nos pareció lo suficientemente importante para repetirlo, con garantías de que sea el agrado de las personas que nos visiten estos días”, explican desde el centro.


Esa primera experiencia con unas jornadas centradas en una temática concreta a través de las que poner a prueba y mostrar los conocimientos de los alumnos tuvo lugar en el curso 89-90, cuando la escuela se situaba en la antigua Residencia de Niños. Un cuarto de siglo después, el centro esta ubicado en la calle Madrid de la capital oscense, y durante los cinco días que dura esta iniciativa ha completado todo su aforo de comensales, con más de 70 por jornada, y con lista de espera para posibles anulaciones.


“Es la primera vez que venimos, porque mi hijo lo leyó y hemos decidido venir a comer, para celebrar un cumpleaños”, explicaba Esperanza Momprade, que este martes acudió al centro y pudo degustar, entre otros platos, un cardo con bacalao, un congrio con huevos tontos en salsa de azafrán o un lingote de manitas y cuello de cordero crujiente con escarola y diente de león. Todo aquello acompañado de vino de bodegas Enate, Viñas del Vero y Enate.


“Además de los propios platos, los vinos están teniendo gran aceptación”, aseguraba Aminé Yamani, que estudia en el centro desde hace tres años, y se encargaba del servicio, para lo que se les uniformó con pañoletas de diferentes poblaciones aragonesas. Él ya participó en las dos ediciones anteriores, dedicadas a los superhéroes y a la gastronomía erótica, que, explicaba, daban pie a una mayor originalidad, aunque destacaba la calidad de los platos de esta edición.


En esas ocasiones anteriores, al igual que esta, la Escuela de Arte ha colaborado con la elaboración de la decoración, así como el cartel anunciador, para lo que se celebró un certamen, cuyos participantes, además del ganador, decoran el vestíbulo del centro. Luisa Monerri es una de las profesoras de la escuela artística, que junto a otros profesores del claustro son habituales de la Escuela de Hostelería, debido a la proximidad de ambos centros. “Habitualmente el menú no llega a los 10 euros y durante estos días sube a 30, pero hay mucha calidad en los platos”, destacaba la profesora.

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