La carretera de Añisclo reabrirá este verano, pero por ella no pasarán ya coches

La carretera Hu-631, de entrada al cañón de Añisclo, lleva más de un año cortada con el perjuicio que supone para la zona. El Gobierno de Aragón está tramitando una propuesta de Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que permitirá la circulación de transporte colectivo por esta vía para facilitar en periodo estival la visita al cañón.

El acceso a la carretera del cañón de Añisclo permanece cortado desde abril de 2017.
El acceso a la carretera del cañón de Añisclo permanece cortado desde abril de 2017. A la izquierda de la carretera, el pueblo de Puyarruego.
Mario Pallaruelo

Después de permanecer más de un año cortada, con el perjuicio que ha supuesto para el turismo en la zona, la carretera de entrada al cañón de Añisclo volverá a abrir este verano, aunque por ella no volverán a circular ya coches, según han adelantado a este periódico fuentes de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón.

El cierre de la carretera Hu-631, que durante el año recibía en torno a 170.000 visitantes concentrados en cuatro o cinco meses (los de primavera y verano), ha supuesto para muchos habitantes y agentes locales de los pueblos aledaños -Escalona, Puyarruego, Buerba, Nerín y Fanlo- un perjuicio "importante" además de un "golpe" al turismo en una zona que lucha contra la despoblación a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

"Tenemos muchos clientes hechos por el paso de esta carretera. Suele ser gente que se fija cuando pasa, porque el pueblo es tan bonito que les gusta y se quedan", indican desde el restaurante O'Cado y Casa Ángela, en lo alto de Puyarruego. Al hacer balance de este año y medio con la carretera de Añisclo cortada, los hosteleros y empresarios de la zona confiesan que se han visto "bastante perjudicados" todos ellos, pues se trata de una vía que derivaba una gran cantidad de visitantes a los pueblos del entorno.

"Aquí, al ver la carretera, muchos llaman pensando que el camping está cerrado. Esto afecta a todos. Sube muchísima gente, y los hay que vinieron al principio y se la encontraron cerrada, y han vuelto ahora en verano y sigue igual. Otros lo han sabido sin llegar aquí y no han venido ya", lamentan desde el Camping Añisclo, donde informan a todo el que pasa -sea cliente o no- del acceso alternativo al cañón por la carretera de Buerba, en el valle de Vió. 

La noticia de su pronta reapertura supone para muchos un aliciente: la esperanza de recuperar el turismo perdido a lo largo de estos meses y la ilusión de devolver la vida estival a los pueblos del valle. "Sería muy buena noticia, y no solo para los que estamos más cerca, sino para todo el mundo. El Parque Nacional es una llamada a toda la Comarca, y si está cerrado este acceso la gente se lo va a pensar. Los que vienen aquí no solo visitan Ordesa, también Añisclo, Pineta, Escuaín y Mondoto. A Añisclo viene muchísima gente, pero si uno está cerrado resta y da inseguridad a los otros accesos", añaden desde el Camping Puyarruego al hablar de la singularidad de su entorno. Con el cierre de esta carretera lamentan también la pérdida de la ruta circular que mucha gente optaba por hacer en bici. "Es como más se puede disfrutar esta zona. Son entre 30 y 40 kilómetros de carretera pegada al cañón, y ahora no se puede hacer... Simplemente con que la abran, la gente llegará mucho más contenta porque venían desde hace muchísimos años de propio y quieren verla. Aunque se pueda ir por el otro lado, el recorrido del cañón es muy bonito también", subrayan desde Puyarruego.

Una comitiva de hasta cinco furgonetas

La reapertura de la añorada vía está prevista para este mismo verano, si bien los detalles de la misma se conocerán en los próximos días. Por el momento, según han informado fuentes del Gobierno de Aragón, "se está tramitando ya la autorización y en unos días estará lista para poner en marcha". Una vez que se autorice será el Patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido el que ponga en marcha el sistema. La solución ideada para la misma contempla la propuesta de Patronato de poner un transporte colectivo que permita visitar el cañón, pero no coches privados. "En carretera se hará mantenimiento para que los vehículos autorizados puedan circular y se establecerá dónde pueden parar y dónde no por condiciones de seguridad. La idea es que este verano se pueda visitar ya así, pero no sabemos si en octubre o noviembre se parará el servicio por las condiciones climatológicas de la zona, que no son buenas", indican fuentes de Vertebración del Territorio.

A falta de "matizar todavía algunos detalles", Manuel Montes, director del Parque Nacional de Ordesa, adelanta que seguramente habrá unas cinco furgonetas en comitiva con capacidad para ocho personas, de tal manera que cuando una salga de la carretera pueda entrar la otra para facilitar la visita al cañón, que lleva más de un año cerrado con el perjuicio que supone para la zona. "Por la parte sur no se ha podido entrar, pero sí por la parte norte hasta llegar a San Urbed. Ahora mismo los fines de semana se abre este acceso, pero entre semana está cerrado porque suben y bajan vehículos de continuo. Lo que se pretende es que haya también aquí una lanzadera como el año pasado", concluyen desde Patronato.

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