La capital del Somontano vivió ayer un ambiente propio de las grandes celebraciones con la cuarta entrega de los Esponsales de Petronila, la reina niña que fue casada a corta edad con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, para dar continuidad al Reino de Aragón tras la muerte sin descendencia de Alfonso I el Batallador, y sembrar lo que con el paso del tiempo sería la Corona aragonesa. Estos hechos tuvieron lugar en la entremurana plaza de la Candelera un 11 de agosto de 1137, y desde hace cuatro años la Asociación de Empresarios de Barbastro y Tam Tam Comunicación rememoran la efeméride convirtiéndola en una fiesta.

El centro, engalanado con blasones y banderolas, acogió el Mercado Medieval con la presencia de unos 35 puestos artesanos, a los que se unió el comercio local, en pleno remate de las rebajas. A lo largo del recorrido que comprendía las plazas Aragón y Mercado se sucedieron entre los puestos exposiciones de armas medievales, de instrumentos de tortura y talleres de caligrafía, recortables o tiro de arco. Unos juglares y malabaristas recorrían este camino peatonal, mientras que los numerosos visitantes y vecinos hacían sus compras o presenciaban las dramatizaciones de la mañana en la plaza del Mercado sobre el testamento del rey Alfonso, que donó el reino a las órdenes militares, o la forzada decisión de su hermano Ramiro el monje, de casar a su joven hija Petronila con el conde de Barcelona para dar continuidad al reino de Aragón. Tal hecho se recreó por la noche por parte de actores locales en los esponsales celebrados en el mismo enclave que hace 880 años, en la plaza de la Candelera.

Tanto el alcalde de Barbastro como el presidente de la asociación empresarial aplaudían el cambio de fechas de la iniciativa, ya pasado el 15 de agosto, y celebraban el auge que esta fiesta está adquiriendo entre los barbastrenses y visitantes.