Una maqueta de 8.064 piezas revivirá Waterloo, la última batalla de Napoleón

Esta obra es fruto del trabajo de dos zaragozanos, que empezaron a montarla en 1974.

Raúl Quílez y Alfredo González, autores de la maqueta.
Una maqueta de 8.064 piezas revivirá Waterloo, la última batalla de Napoleón

Una de las batallas más importantes de la historia, la de Waterloo, librada el 18 de junio de 1815 y que acabó con la derrota de Napoleón Bonaparte, se revivirá en la Ciudadela de Jaca (Huesca) a través de una maqueta, compuesta por 8.063 piezas, que se exhibirá desde el 4 de mayo.

Raúl Quílez, un funerario de profesión ya jubilado, y Alfredo González, un ingeniero aún en activo, ambos de Zaragoza, son los autores de esta obra, de 15 metros cuadrados de superficie y que ha sido fruto de más de cuarenta años de trabajos.

"Una muestra permanente era lo mejor que nos podía pasar, sobre todo por el lugar elegido, la forma de la sala y el espectacular montaje que han realizado", afirma Quílez sobre la ubicación del trabajo que comenzó junto a su amigo y compañero Alfredo González en 1974.

Desde finales de 2014, cuando recibieron la propuesta de exponer en Jaca la representación en miniatura del histórico episodio, tanto Quílez como su socio se han volcado en su ampliación y perfeccionamiento.

"He llegado a trabajar hasta 12 y 13 horas diarias, muchas veces todos los días de la semana, para tenerlo todo listo", confiesa González.

La maqueta incluye actualmente 3.600 soldados franceses, 3.050 efectivos ingleses, belgas y prusianos, 1.285 caballos, 71 cañones y 57 carros de munición.

"Yo siempre he sido el artesano, mientras que Alfredo es el investigador cansino de los dos", matiza cariñosamente Quílez, que recuerda que, hace tres años, el número de figuras se reducía a 2.500, distribuidas en ocho metros cuadrados.

Lo que comenzó siendo "una escenita pequeña sin pretensiones de ningún tipo" derivó desde pronto en una pasión para los dos maquetistas, en la que ha sobresalido siempre la minuciosidad por la recreación de los hechos acaecidos el 18 de junio de 1815.

"Hemos viajado varias veces a Waterloo, siempre en vacaciones, para recorrer el terreno de la batalla, ver aquellos edificios que seguían en pie y conocer todos los detalles", desgrana Quílez.

El realismo es, según sus autores, el principal activo de la maqueta que va a acoger la Ciudadela de Jaca, y el factor que la distingue de todas las existentes sobre el mismo episodio.

"Hemos visto otras maquetas en Europa, pero ninguna tiene el acabado tan espectacular de la nuestra, bien porque son antiguas y sus materiales, viejos, o debido al planteamiento monótono de sus figuras", argumenta Quílez.

La clave, comenta, ha radicado en el diseño de sus propios moldes para fabricar cada figura en plomo, separando siempre los troncos de las piernas para representar cientos de combinaciones diferentes.

Del mismo modo, la labor de documentación que desarrollaron llegó al extremo de cambiar el color amarillo de los campos de su maqueta por verde, al verificar que en el año de la batalla, se cultivaba centeno, y no trigo.

Además, el "entusiasmo" se ha duplicado para ambos autores, ya que el Consorcio organiza el próximo 3 de mayo una conferencia a cargo de Gonzalo Serrats, autor del libro 'El general Álava y Wellington' y descendiente de dicho militar español, que luchó junto a los británicos frente a las tropas napoleónicas en Waterloo y al que los dos artesanos revivirán nuevamente en su maqueta.

A pesar de haber culminado un proyecto de 43 años de vida, Quílez anuncia que no han llegado aún al final del camino. "Nuestro trabajo no se acaba nunca. Todavía hoy hacemos más averiguaciones, y seguiremos sacando más detalles", anticipa.

La representación a escala reducida de esta célebre batalla se instalará en una sala adyacente a la que alberga el Museo de Miniaturas Militares, según ha confirmado ya el Consorcio que rige el emblemático recinto castrense de Jaca.

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