Homenaje a los bravos nabateros

Las asociaciones de nabateros de tres valles pirenaicos se reunieron este sábado en Sarvisé para seleccionar los mejores berdugos con los que confeccionar sus embarcaciones.

Descenso de nabatas por el Cinca en 1983.
Homenaje a los bravos nabateros
Asociación de Nabateros del Sobrarbe

Antes de que las carreteras y los camiones se abrieran hueco entre montañas y modificaran para siempre las prácticas tradicionales del mundo rural, existía en los montes pirenaicos un duro y peligroso oficio al que se entregaban durante meses los hombres de sus valles.

Los nabateros se ganaban la vida haciendo llegar a las grandes ciudades la madera que extraían de los bosques pirenaicos. A falta de otro transporte, componían rudimentarias nabatas atando los troncos unos a otros con berdugos de los matorrales ribereños que trabajaban con sus propias manos.

Después, aprovechando el rico caudal que proporcionaba la llegada del deshielo, viajaban durante días sobre esas efímeras embarcaciones, dirigiéndolas y enfrentándose con pericia a las traidoras aguas de los ríos.

El oficio desapareció a mediados de los años 40 pero en Aragón los pueblos donde alcanzó una mayor relevancia se han esforzado por mantener viva la tradición. Desde hace décadas, algunos de ellos rinden homenaje a sus antiguos vecinos recreando las tareas propias del oficio de nabatero y reconvirtiéndolas en acontecimientos lúdicos, culturales y comunitarios.

En el marco de ese empeño, se reunieron este sábado en Sarvisé miembros de las asociaciones de nabateros del Sobrarbe, la Galliguera y el valle de Hecho. Su objetivo consistía en iniciar las tareas que permitirán la construcción de las nabatas de este año y el descenso de sus respectivos ríos.

Una treintena de ‘nabateros’ de todas las edades se congregaron en la localidad para buscar los mejores berdugos o sargas en las proximidades de los Llanos de Planduviar. Cualquier detalle es relevante, según explica Félix Buil, presidente de la Asociación de Nabateros del Sobrarbe: “Se seleccionan de un determinado calibre, de una longitud concreta y, a poder ser, limpios y sin nudos”.

Tras una ardua jornada de trabajo que concluyó con una comida de fraternidad, las cerca de  900 sargas extraídas se trasladaron hasta Laspuña. Allí, se conservarán en un lugar sombrío, al abrigo del sol y del aire, para que mantengan la humedad hasta que toque retorcerlas y convertirlas en el mimbre con el que se atarán los troncos de las embarcaciones. Trabajo para el que, si nada cambia, volverán a reunirse las tres asociaciones el segundo sábado de abril. Después, cada grupo se llevará a su valle la cantidad necesaria para la construcción de sus nabatas.

Descensos de nabatas

La Asociación de Nabateros D’a Galliguera es la primera que celebra cada año el gran acontecimiento, coincidiendo con San Jorge. Este año el descenso de nabatas por el río Gállego tendrá lugar el domingo 23 de abril, por lo que las embarcaciones se confeccionarán durante el fin de semana previo. Este será el décimo cuarto año que se realice la actividad por el río Gállego, consolidando la recreación del oficio nabatero como un atractivo cultural y turístico en la comarca de la Hoya de Huesca.

Los Nabateros del Sobrarbe, sin embargo, alcanzarán con la de este año la 34ª edición del descenso por el río Cinca. Como cada año, lo realizarán el tercer domingo de mayo y el trayecto, de casi dos horas, discurrirá entre Laspuña y Aínsa. El descenso fue reconocido en 2013 como Actividad de Interés Turístico de Aragón y a su vez las nabatas están declaradas Bien de Interés Cultural Inmaterial. El objetivo ahora, y según explican desde la asociación, es lograr ese reconocimiento a nivel nacional.

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