La iglesia románica de Larrosa, olvidada en un pueblo abandonado

La Asociación Sancho Ramírez limpió y consolidó en 1985 este edificio pero desde 2012 figura en la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra.

En el valle oscense de La Garcipollera, junto a Castiello de Jaca, se encuentra Larrosa, una localidad cuyas casas y terrenos fueron expropiados en los años 60 a causa de la construcción del embalse de Yesa.


Se replantaron pinos en sus montes para evitar la colmatación del vaso de la presa y el pueblo, compuesto por 18 casas ubicadas entre las dos calles principales, quedó desierto, olvidado entre ruina y maleza, sumido en el recuerdo de sus habitantes, más de 100 según antiguos censos, tal y como detalla Cristian Laglera, autor oscense de varios libros que documentan el fenómeno de la despoblación en la provincia de Huesca.


A Larrosa se accede por la carretera La Garcipollera, desde Castiello en dirección este, tras el poblado de Acín, cruzando el río Iguácel, aparece una pista a la derecha que conduce hasta allí después de media hora de camino a pie.


En el antiguo pueblo se encuentra la iglesia de San Bartolomé, un edificio cuya construcción data del último tercio del siglo XI y que conserva su ábside románico. Cuenta con varias capillas laterales dispuestas sobre planta rectangular con cabecera semicircular, junto a la que se erige una torre de planta cuadrangular.


La iglesia fue modificada en la época Moderna, con nuevos elementos. Su cabecera cuenta en su parte superior con un friso de baquetones y bajo este discurre una hilera de arquillos de tipo lombardo “con factura tosca mediante dovelas de desigual longitud. En la parte central del ábside hay una ventana en arco de medio punto con doble derrame”, detalla la ficha elaborada por el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés.


Olvidada en un pueblo abandonado y en proceso de ruina, fue limpiada y consolidada hace más de 3 décadas, en 1985, por la Asociación Sancho Ramírez. La cubierta de la nave y parte de la de la torre están hundidas y sufre daños a causa de la vegetación.


La Asociación Hispania Nostra la incluyó hace 5 años en su Lista Roja del Patrimonio alertando de que debido a su deterioro progresivo “la torre puede hundirse y caer sobre el ábside” de este edificio construido por maestros locales que realizaron esta obra copiando y simplificando las fórmulas de las iglesias del Gállego.


No muy lejos de la iglesia de San Bartolomé se encuentra la de Santa María de Iguácel, en Castiello de Jaca, declarada Bien de Interés Cultural, en 1990, una edificación que fue restaurada en 1977 en tres fases en las que se intervino en la cubierta, el pavimento, los muros así como su limpieza exterior e interior.


Las obras de restauración se paralizaron en los primeros años de la década de los 80 y a finales de esta se tuvo que actuar de urgencia por problemas de filtraciones. Pese a los problemas por las que ha atravesado y atraviesa, esta joya del románico sobrevive el paso del tiempo y el olvido, a diferencia de la de San Bartolomé.

Aragón, en la Lista Roja

La Lista Roja del Patrimonio fue creada en noviembre de 2007 por la Asociación Hispania Nostra para dar a conocer y proteger el patrimonio histórico español abandonado y en peligro.


La inclusión en este listado se rige por criterios de importancia histórica y arquitectónica del elemento patrimonial en cuestión, su estado y riesgo de conservación y se elabora bajo la supervisión de una comisión científica integrada por especialistas en la materia. En  la Lista actual figuran 68 elementos del patrimonio aragonés.

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